Larrañaga pendular: en seguridad sus propuestas se alejan del wilsonismo

Cuando de propuestas sobre la seguridad se trata, no existe izquierda, centro o derecha que valga. Al menos así lo ve el senador nacionalista Jorge Larrañaga. Para el líder de Alianza Nacional, su tradición wilsonista no es un impedimento para plantear penas más duras para quienes cometen delitos graves o para pedir la colaboración de los militares con la Policía, medidas que bien podrían asociarse a sectores más derechistas que al liderado por el senador del Partido Nacional. "Nosotros no somos de derecha", dijo sin titubear un allegado a Larrañaga al ser consultado por El Observador y reafirmó: "No cabe duda alguna de que no lo somos".

¿Cómo se explica, entonces, que frente a los problemas de inseguridad por los que reclaman ciudadanos y representantes de la oposición, la cabeza del wilsonismo proponga la cadena perpetua para delincuentes o que los militares apoyen a la Policía en la tarea disuasoria?

"Hay un problema y hay que buscar soluciones alternativas. La lógica es buscar soluciones reales", respondió un integrante de su equipo ante esa pregunta. Agregó que "hacer que un homicida cumpla su pena, ¿es de izquierda o de derecha? ¿Alguien puede decir que evitar que un violador homicida que no está rehabilitado salga libre, es de derecha, es de izquierda o es de justicia?".

Tener una mano más dura con la delincuencia no es una novedad para el senador. En las dos elecciones pasadas (la de 2009 y 2014), el entonces candidato por Alianza Nacional ya se había mostrado con una postura más firme que lo que podría esperarse de un político definido como de "centro".

Para el politólogo y director de Factum, Eduardo Bottinelli, a diferencia de lo que sucede con otros temas, es en la seguridad en el que "aparece con un discurso más duro".

"Si uno analiza el discurso entero de Larrañaga no ve una línea dentro del espectro ideológico que sea completamente encasillable. Por ejemplo en la educación, en 2014 planteó el fortalecimiento de la educación pública o más escuelas de tiempo completo. En la mayoría aparece más hacia el centro pero en el tema seguridad pública se ha plantado fuertemente en las medidas más duras", dijo a El Observador.

Tal vez, esa forma de pararse de un lado u otro de la cancha frente a diferentes temáticas, responda a la famosa frase de Wilson Ferreira: "Nosotros no estamos a la izquierda ni a la derecha de nada, nosotros somos blancos".

Según el consultor político Federico Irazabal, que Larrañaga proponga que los militares colaboren con la Policía, que haya cadena perpetua en algunos casos y bajo ciertas condiciones o que haya planteado un proyecto para que los delincuentes de determinados delitos no puedan salir antes de la cárcel, responde a una lógica de "estar atento a los problemas de agenda".

"Son medidas movidas por lo coyuntural, no creo que marquen una derechización del perfil de Larrañaga para nada. Probablemente tengan mayor aprobación entre votantes de derecha y rechazo entre aquellos más cercanos a la izquierda dentro del Partido Nacional, pero no creo que le hagan cambiar su voto a nadie", sostuvo.

Irazabal destacó, además, que como estrategia al líder wilsonista no le conviene "tirarse" hacia la derecha, porque se chocaría con el otro sector nacionalista, herrerista, encabezado por Luis Lacalle Pou.

Por su parte, el politólogo Adolfo Garcé opinó que ante un futuro electorado –de cara a las elecciones de 2019– al que los temas de seguridad "le importan especialmente, es racional que su estrategia sea pensar ese tipo de propuestas". Garcé reconoció que las tres ideas manejadas en los últimos días sobre seguridad "lo alejan de la tradición wilsonista", pero que más allá de ese punto, lo que se debe considerar es que "el tema de la seguridad es el que preocupa tanto a quienes se identifican más con la izquierda o la derecha".

A mediados de 2017, Larrañaga anunció su pelea por la Presidencia para 2020 con un wilsonismo marcado. "Venimos de vuelta a la lucha, al camino", dijo en un video que compartió en redes sociales en esa oportunidad. Pasaron ocho meses desde aquel anuncio y la idea sigue firme y así fue planteada por uno de sus allegados: "​​Por buscar soluciones no dejamos de ser lo que somos, wilsonistas y de centro".