Difícilmente aquel emprendedor de 20 años que lanzaba Facebook desde el dormitorio de la Universidad de Harvard en 2004 imaginaba que algún día tendría que dar explicaciones ante el Congreso de Estados Unidos y enfrentarse a un duro interrogatorio de legisladores durante cinco horas.
A eso lo llevó el pasado martes el escándalo que atraviesa Facebook por la filtración masiva de datos de millones de usuarios a la empresa Cambridge Analytica.
En una audiencia sin precedentes, el empresario de 33 años cambió la remera de manga corta por el traje y corbata, asumió la total responsabilidad, dio a los legisladores su visión sobre la tarea a la que se enfrenta la sociedad en la era digital y de redes sociales y prometió que Facebook mejorara en la protección de la información.
Pero para los senadores no fue suficiente. Le cuestionaron cada detalle de lo ocurrido, así como la fiabilidad de cada una de sus palabras al dar explicaciones.
De las cientas de preguntas que le hicieron el martes a Mark Zuckerberg, ninguna pareció sorprender más al fundador de Facebook que la hecha por el senador Dick Durbin, que le inquirió sobre dónde había dormido la noche anterior.
"¿Te sentirías cómodo compartiendo con nosotros el nombre del hotel en el que te hospedaste anoche?", le preguntó durante una intensa audiencia sobre la privacidad en la red y el papel de Facebook sobre el destino de la información personal de los usuarios que se unen a la red social.
Zuckerberg hizo un pausa de ocho segundos, sonrió entre dientes, hizo una mueca y no contestó.
"Um, uh, no", se limitó a decir.
Y "si te has enviado mensajes con alguien esta semana, ¿compartirías con nosotros el nombre de tus interlocutores?", le insistió el senador demócrata de Illinois. Y, de nuevo, el fundador de Facebook soslayó la pregunta. "No. Preferiría no hacerlo público aquí", dijo.
Quizá más que cualquier otro senador en las más de cinco horas de interrogatorio, la táctica de Durbin puso el dedo en el ojo del problema que rodea a Facebook para mantener el control de la información privada de decenas de millones de sus usuarios, en medio del escándalo por el uso de datos personales para dirigir publicidad política y mensajería durante la carrera presidencial de 2016.
"Creo que de eso trata todo esto", espetó Durbin, 40 años mayor que Zuckerberg. "Tu derecho a la privacidad, los límites de tu derecho a la privacidad, y cuánto das en los Estados Unidos modernos en nombre de conectar a personas de todo el mundo", le dijo el senador.
Zuckerberg, que dirige una compañía de 2.000 millones de usuarios, dio la razón a Durbin: "Creo que todos deberían tener control sobre cómo se usa su información".
Otro de los momentos incómodos llegó por parte del senador John Kennedy, quien le advirtió: "No quiero tener que votar para regular Facebook. Pero por Dios, lo haré. Eso depende de usted". Agregó que "los acuerdos de usuario apestan", que nadie los lee, "lo sé yo y lo sabes tú", dijo.
Cuando se le presionó, el multimillonario de la tecnología dijo que él no es el tipo de persona que se opone a la regulación, siempre y cuando fuera "la regulación correcta", y quiso darle un giro a la pregunta del senador: "No se trata de decir sí o no a la regulación. Se trata de qué tipo de regulación".
Otra de las preguntas más difíciles vino de la senadora Kamala Harris. La demócrata californiana le interrogó sobre si los ejecutivos de la red social tomaron la decisión de no informar a los usuarios sobre la filtración de datos de Cambridge Analytica cuando descubrieron en 2015 que los datos fueron vendidos por un investigador a la consultora. Zuckerberg no lo admitió explícitamente, pero dijo que la compañía había cometido un error al no informar a los usuarios.
"¿Crees que eres más responsable que el Gobierno Federal de los datos personales de millones de estadounidenses?". Zuckerberg dudó y su semblante se volvió aún más serio. "Sí", reconoció, pero agregó que en Facebook el usuario tiene la total libertad para elegir qué contenido quiere conservar, publicar o de cuál se quiere deshacer, mientras que con cualquier otro tipo de organización, explicó, el usuario no dispone de ese control.
También llamó la atención que Zuckerberg evadiera determinadas preguntas y las remitiera al equipo de la compañía para contestar de una forma "más adecuada" a las inquietudes de los senadores.
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