Roberto Cava De Feo
El comportamiento en la vida cotidiana > COMPORTAMIENTO/ ROBERTO CAVA DE FEO
Las siglas, las abreviaturas y nuestro hablar
En Uruguay vivimos desde el norte al sur y del este al oeste, rodeados de siglas y abreviaturas. Como recuerdo de mi niñez aparece enseguida la del SODRE. En las tardes de invierno, mi abuela acostumbraba escuchar Radio Cultural de Salto con sus informativos llenos de noticias. Después, pasaba a un mundo distinto con el SODRE, que el aparato captaba con gran nitidez. Transcurrido el tiempo supe que aquello era el "Servicio Oficial de difusión, radio televisión y espectáculos". Después fueron muchas las siglas y abreviaturas que fui conociendo. Entre ellas estaban AFE, Conaprole, INAV, Ancap, como encabezando un hablar nuevo. Un poco más grande, supe que una sigla es la abreviatura gráfica formada por el conjunto de letras iniciales de una expresión compleja. Excelente definición que nos lleva a las abreviaturas que no son más que compendio o resumen de frases.
Con frecuencia leemos o escuchamos noticias de universidades públicas y privadas de nuestro país. Son, entre otras UDELAR, UCU, UPE, UM, ORT, UDE, UTU. De inmediato unimos esas siglas a las instituciones de enseñanza superior universitaria de nuestro país. En ellas habrá "profesores DT," con experiencias en la trasmisión de conocimientos y es imposible olvidar al IFD (Instituto de Formación Docente)
En otros ámbitos tenemos ONG, IFD, UNAV, ANCAP, UTE, OSE, IDM. En la conversación diaria las usamos y sabemos perfectamente atribuir un mérito o quejarnos ante la IDM, que es nada menos que la Intendencia Departamental de Montevideo. Pero no olvidemos que nuestra sigla es UY, de Uruguay, y es la que acompaña, por ejemplo, las tarjetas de identificación de los equipajes en vuelos internacionales.
Nuestro hablar es peculiar. La entonación que damos a algunos términos nos descubre ante un extranjero de habla española. Por eso la Academia Nacional de Letras de Uruguay editó "1000 palabras del español del Uruguay", una obra espléndida. Una academia se distingue por sus investigaciones y por su presencia en la sociedad. En los lejanos tiempos de Platón, había en Atenas un sitio llamado el gimnasio de Academo. El dio su nombre a las altas entidades.
Utilizamos siglas y abreviaturas y no nos sorprende cuando un amigo, a quien encontramos en la calle, nos dice con sencillez, que pasará por COT porque sus niños viajarán a Punta del Este. Una madre orgullosa publicará, a diestra y siniestra, que su hija jurará como doctora en Medicina después de haber egresado de UDELAR. Menos sorpresa nos dará una familia que asistirá al Auditorio de ANTEL porque dos de sus hijas cantan en el coro de INEED.
Hay términos encantadores que no pasan de moda. Decimos, por ejemplo: "La prima de mi marido que está ennoviada desde hace un año, se apronta y se casa dentro de tres meses". Pero por esas cosas que no tienen explicación, poseemos la gracia de escribir mal las referencias horarias. Por eso no escribimos: el partido se jugará las 20.30 o el bebé nació a las 21.00. Nos gusta añadir por escrito algo que no debe ir. Es tan grave como usar "gaseosa" en lugar de refresco. ¿No serán las innombrables "horas"?
"Los niños están a veces un poco bajoneados y también con luna". "Los mayorcitos ya no usan el ferrocarril porque tienen Tablet". "Cuando hace calor no hay nada mejor que un liso y una plancha y si estamos con los niños tendremos que cuidar que no enchastren los rompevientos con los helados". "En cada aniversario de promoción nos empilchamos y nos unimos con otros amigos y vamos a cenar a un buen restorán. El problema es la "dolorosa". "Panchito que anda "de garufa en garufa" no va a "salvar" los exámenes y el "macanazo" es fuerte". Parece oportuno aclarar que el "ferrocarril" era un machete que en antiguos tiempos se usaba para copiarse en un examen escrito.
