Los asesinatos ocurrieron en agosto de 1969. El mismo mes que se celebró el festival Woodstock que consagró al movimiento hippie, un grupo de jóvenes realizó una serie de homicidios que horrorizaron a Estados Unidos.
Los crímenes fueron ordenados por Charles Manson, un exconvicto que se había convertido en un gurú al que muchas mujeres y hombres adoraban y, sobre todo, seguían como a una divinidad. Según explicó a la Policía una joven que participó en una de las matanzas, la serie de delitos se cometió con un objetivo: iniciar una guerra racial.
Lea también: Charles Manson, el gurú criminal que horrorizó a Estados Unidos, murió a los 83 añosManson, que pasó la mayor parte de su vida en reformatorios y en la cárcel por hurto y proxenetismo, convenció a un grupo de seguidores de que estaba por empezar una guerra entre los blancos y los negros que iba a derivar en que todos murieran. Según su discurso, este grupo (que se refugiaba en una zona alejada en California y que se hacía llamar La Familia) iba a sobrevivir y se iba a transformar en la raza dominante.
La guerra, que Manson anticipó por meses que estaba por comenzar, tenía el nombre de la canción de The Beatles Helter Skelter. ¿La razón? El exconvicto aseguraba que detrás de la melodía la banda británica le informaba que iba a llegar el apocalipsis. Luego de meses de planeamiento, Manson le ordenó a sus seguidores impulsar la guerra con una serie de asesinatos.
El grupo de jóvenes, que se caracterizaba por las grandes orgías, por no trabajar y por el consumo de drogas como ácido y LSD, acató las órdenes y ejecutó el plan. En el lugar en el que vivían todos tenían el mismo propósito: servir a "Charlie".
Según informó El País de Madrid, la matanza ocurrió en la lujosa casa de la actriz Sharon Tate y de Roman Polanski, un cineasta que estaba de viaje en Londres. La mujer, que era una de las personalidades más famosas de la época, estaba embarazada de ocho meses. Solo le quedaban dos semanas para parir.
La noche del 8 de agosto, los seguidores de Manson entraron en la casa y mataron a cinco amigos de la familia. Según informó la Policía de California en ese entonces, la escena era devastadora. Hubo un simulacro de ahorcamiento y se siguió un modus operandi que parecía corresponder a un ritual. Pero, hasta entonces, no había un motivo aparente.
"Nunca vi una cosa parecida", dijo el sargento Stanley Klorman en una conferencia de prensa luego de revisar la escena, informó New York Times. Sharon Tate, que se transformó en la cara del horror para Estados Unidos, recibió 16 puñaladas y fue encontrada con una cuerda de nylon sujeta de una viga.
En el otro extremo, los seguidores de Manson ataron a Jay Sebring, un conocido peluquero que acompañaba a la estrella de Hollywood esa noche. A Sebring también le dispararon y lo apuñalaron hasta la muerte. Del mismo modo fueron asesinadas las demás víctimas.
En la puerta de la casa los asesinos escribieron con sangre la palabra "Cerdo", para despistar a la Policía. La misma palabra fue escrita con el mismo método en el hogar de una pareja, Leno y Rosemary LaBianca, que fue salvajemente asesinada la noche siguiente. A diferencia del crimen anterior, en el homicidio del matrimonio participó Manson y se escribió Helter Skelter en una pared.
Según se reveló en el juicio, la pareja fue seleccionada al azar. Al igual que en el crimen anterior, los dos fueron atados y apuñalados. Una vez que estuvieron amarrados, Manson se fue de la casa y sus seguidores continuaron con el plan.
Los criminales se esforzaron para simular un crimen racial, pero no lo lograron. A la Policía le tomó meses vincular a los asesinos con las víctimas, pero finalmente tuvieron una pista. Una seguidora, que estaba detenida por el homicidio del conocido músico estadounidense Gary Hinman, se jactó del crimen en prisión. De a poco, cayeron todos.
Aunque Manson confió en que los seguidores iban a mantenerse fieles, la mayoría no tardó en confesar. El 25 de enero de 1971, el líder de la organización fue condenado a pena de muerte. Al igual que varios de sus seguidores, este iba a ser el destino final para el asesino que planificó los crímenes, pero un cambio en la ley llevó a que su sentencia cambiara a cadena perpetua. Y así vivió el resto de sus días hasta este domingo, cuando murió a los 83 años.
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