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Maduro cada vez más cercado, pero con apoyo de Rusia y China

A pesar de las sanciones, el presidente sonríe ante las cámaras y muestra una fachada de no dejarse perturbar
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26 de mayo de 2018 a las 05:00

Fabiana Culshaw, especial para El Observador

Las respuestas a la "osadía" del presidente Nicolás Maduro de llevar a cabo las elecciones del domingo 20 contra la voluntad de gran parte de los venezolanos, de la opositora Mesa de la Unidad Democrática (MUD) y de la comunidad internacional no se hicieron esperar.

Al día siguiente de la elección –Maduro se impuso con 68% de los votos contra 21% del exchavista Henri Falcón y una abstención récord de 54%–, el presidente estadounidense Donald Trump emitió una orden ejecutiva que limita la capacidad del gobierno de Venezuela de vender activos estatales, incluida deuda pública y bonos de Pdvsa.

Un duro golpe para las finanzas venezolanas, pero no tan fuerte como si Trump hubiera impuesto trabas a las transacciones petroleras de Venezuela, lo que no hizo. El crudo venezolano por ahora seguirá comercializándose en el país del norte.

A pesar de las sanciones, Maduro sonríe ante las cámaras y muestra una fachada de no dejarse perturbar. Su gobierno aún tiene algo de músculo para defenderse y hasta se dio el lujo de expulsar esta semana al encargado de negocios en Caracas, Todd Robinson , acusado de conspiración.

Lo cierto es que durante la confrontación con la primera potencia mundial, que ya tiene larga data, Maduro ha ido girando el péndulo de su gobierno hacia otro lado: Rusia y China.

El economista venezolano Asdrúbal Oliveros, director de Econoanalítica, advierte que la dependencia de Venezuela hacia Rusia y China va en franco aumento. Ahora todo indica que ese camino se irá profundizando a medida que la relación con Estados Unidos se vuelva más inestable.

Para Ronal Rodríguez, investigador del Observatorio de Venezuela de la Universidad del Rosario, de Colombia, esos dos países le dan un oxígeno al gobierno chavista.

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"Maduro ha demostrado que está dispuesto a sacrificar al pueblo venezolano para mantenerse en el poder. Aprendió la lección de los cubanos y está dispuesto a aplicarla. Además, tiene margen de maniobra con otros aliados, como Rusia", dijo a El Observador.

Pero cree que el peor castigo es el desastre de su administración económica interna y la caída de su producción petrolera. "Eso es más grave que las sanciones internacionales", ponderó Rodríguez.

De uno y otro lado

Estados Unidos "picó adelante" con sus sanciones, y otros se han ido sumando. El Grupo de Lima acordó actuar para bloquear fondos internacionales a Venezuela, aunque hay que esperar cómo se implementarían esas medidas.

Ese grupo también llamó a consultas a sus embajadores en Caracas, una decisión más nominativa que real, ya que la mayoría de los países latinoamericanos no cuenta con embajador en territorio venezolano desde hace algún tiempo, principalmente por razones de seguridad personal.

La OEA, a la cabeza de Luis Almagro, está bregando por sanciones más duras contra el régimen venezolano.

La Unión Europea, que desconoce los resultados de las elecciones en Venezuela, aún no ha definido qué hará.

Por su parte, el Grupo de los 7 se pronunció a favor de elecciones libres, al igual que seis países del G20, luego de su reunión en Buenos Aires.

Día a día se agregan pronunciamientos que acorralan o dejan solo a Maduro.

Sin duda, el gobierno venezolano es objeto de una gran presión internacional desde el punto de vista político, diplomático y económico.

Aunque con el argumento de falta de pago, el miércoles pasado el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) anunció la suspensión de los préstamos para Venezuela, que acumula una deuda de US$ 88,3 millones.

Pero del otro lado de la ecuación están Rusia, China, Cuba y Bolivia, que brindaron su apoyo a Maduro y le reconocieron su "contundente victoria".

Más importante aún: Vladímir Putin expresó su disposición a seguir impulsando la cooperación entre los dos países y fue más lejos al criticar las sanciones del gobierno norteamericano como violatorias del derecho internacional.

Pekín dijo también que mantiene su política de cooperación económica con el país caribeño.

Cambio de socios

Venezuela está perdiendo a Estados Unidos como principal socio comercial, no solo por las sanciones que le ha impuesto Trump en el año 2017 y esta semana, sino por la gran caída de la producción petrolera que afecta sus exportaciones y porque el país del norte ha adoptado la decisión de reducir sus importaciones de crudo en general.

La relación bilateral se ha agravado en los últimos meses, por lo que desde hace tiempo Maduro ha ido desarrollando estrategias para redireccionar sus envíos petroleros de Estados Unidos a Rusia, China e India. De hecho, Venezuela está en pleno proceso de sustitución del mercado estadounidense por otros más lejanos, aunque no le será fácil.

Esto requerirá mayor inversión, justamente porque la distancia no está a su favor, y también porque esos mercados no occidentales son complejos y tienen sus propias reglas.

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En teoría, Rusia y China están dispuestas a continuar financiando a Venezuela, pero es claro que no descuidarán sus propios intereses y, además, habrá que pagarles. Se calcula que Venezuela le envía cerca de 250 mil barriles diarios a las petroleras rusas, sobre todo a Rosneft, como pago a créditos que le fueron otorgados, y unos 250 mil barriles diarios a China también por concepto de crédito.

Al decir del economista Luis Oliveros, profesor de la Universidad Central de Venezuela, "Rusia y China son aliados comerciales y también mercados potenciales para Venezuela, pero actualmente le representan una disminución de los ingresos en divisas al país".

Tanto Rusia como China tienen importantes inversiones petroleras en Venezuela. Según voceros del sindicato petrolero venezolano, Rusia habría arrendado parte de las refinerías de Pdvsa, lo que les aseguraría las fuentes de repago de la deuda venezolana.

Hay quienes piensan –y con razón– que con este tipo de decisiones, el gobierno venezolano se garantiza el respaldo de esta potencia, pero cediendo parte de la riqueza del país.

Algo de historia

Las advertencias de Estados Unidos al gobierno de Maduro datan del año 2010 y las sanciones han ido in crescendo desde 2015.

Efectivamente, en marzo de 2015 el gobierno estadounidense anunció una primera tanda de sanciones contra seis militares y una fiscal del régimen de Maduro, acusados de corrupción, lavado de dinero y otros delitos, según cada caso. En ese entonces, Barack Obama veía a Venezuela como una amenaza al continente que había que contrarrestar.

Con Trump en la Casa Blanca, se han sancionado a más de 50 funcionarios venezolanos solo en el último año, incluido al mandatario Maduro y al hombre fuerte del chavismo, Diosdado Cabello. En ese último caso, la sanción ocurrió justo antes de las elecciones del pasado domingo.

Actualmente, la lista alcanza 77 personeros venezolanos que se enfrentan a un total de 14 medidas restrictivas o sanciones que han sido adoptadas por 42 países, y se destacan las de Estados Unidos, Canadá y la Unión Europea.

Otro hito en el historial de sanciones tuvo lugar en agosto de 2017, cuando Estados Unidos prohibió el pago de dividendos al gobierno de Venezuela y de las negociaciones sobre nuevas emisiones de deuda y bonos por parte de este y de Pdvsa.

La reducción de las opciones de financiamiento ha sido una de las principales causas del impago de la deuda venezolana. (Solo en 2018, Venezuela debería pagar US$ 8.400 millones por concepto de deuda externa.)

¿Sanciones tumban gobiernos?

Las sanciones o presiones internacionales para provocar un cambio político tienen escaso resultado, de acuerdo al experto en la realidad venezolana.

"Tenemos el caso de Cuba. Se la aisló económicamente y todavía mantiene un modelo político-económico lejos del libre mercado", razonó Rodríguez.

En cuanto a los países de América Latina, el analista piensa que tendrán dificultades para coordinarse medidas en conjunto en contra el régimen de Maduro. En su opinión, cada gobierno enfrenta sus propios asuntos internos o urgencias por sobre la realidad venezolana. Basta recordar que Brasil tiene su principal candidato en la cárcel, Perú acaba de poner a su vicepresidente en funciones presidenciales y México está viviendo –quizá– el proceso electoral más violento de su historia. Esos –y otros– asuntos internos les quitará tiempo y esfuerzos como para abocarse a la situación del país caribeño.

Mientras tanto, la población venezolana siente padeciendo la peor crisis de la historia del país.



Militares arrestados

El régimen de Maduro arrestó en la última semana a más de 200 oficiales de la Fuerza Armada Nacional Bolivariana por "rebelión", según denunció el diputado opositor y expresidente del Parlamento Julio Borges.

De acuerdo a sus declaraciones, 11 de esos oficiales fueron encarcelados horas después de celebrarse las elecciones presidenciales del domingo pasado, acusados de motín, delitos contra el decoro militar y traición a la patria.

Borges se encuentra en Washington, Estados Unidos, en el marco de una gira internacional para denunciar los atropellos del gobierno venezolano.

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