Maduro y la amenaza de censura al boicot opositor

Confiado y victorioso, así terminó el presidente venezolano Nicolás Maduro el domingo tras las elecciones de alcandes para los 335 municipios de su país, en las que el oficialista Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV) ganó en 308. Es decir, el partido de Maduro logró el 91,9% de los municipios del país, según el Consejo Nacional Electoral (CNE).

Con una participación del 47,3%, el oficialismo conquistó además la gobernación del estado Zulia, cuya elección se repitió el domingo, ya que el candidato opositor que había ganado se negó a asumir su banca.

"Ahora a prepararse para grandes victorias en 2018", instó Maduro, quien según el vicepresidente, Tareck El Aissami, buscará un segundo período de seis años.

Pero detrás de esta alegría por los resultados favorables al gobierno hay unos comicios celebrados con la abstención de la mayoría de la oposición.

Abstención

"Quien se vale del hambre del pueblo mediante un sistema electoral fraudulento no debe cantar victoria", comienza el comunicado emitido por la coalición opositora Mesa de la Unidad Democrática (MUD), horas después de conocerse los resultados.

El antecedente directo a la jornada del domingo fue la votación de los gobernadores regionales del pasado 15 de octubre, en las que los tres principales partidos de oposición ya habían denunciado falta de garantías electorales y falsificación de actas. De ahí a la decisión de no participar de los principales líderes de las tres mayores fuerzas de la MUD: Primero Justicia, del excandidato presidencial Henrique Capriles; Voluntad Popular, del preso Leopoldo López; y Acción Democrática, de Henry Ramos Allup. Esta última logró cuatro de las cinco victorias opositoras en estas elecciones.

Contraataque

Pero ante posturas drásticas Nicolás Maduro sabe cómo contraatacar para sacar ventaja de la situación.

"Partido que no haya participado hoy (por el domingo) y haya llamado al boicot de las elecciones no puede participar más", dijo a votar y abrió paso a las críticas por una inminente censura en las elecciones gubernamentales de 2018.

El gobierno estadounidense, autodeclarado "muy atento" a la situación venezolana, no tardó en pronunciarse. Estados Unidos consideró la advertencia del presidente como "otra medida extrema para cerrar el espacio democrático en Venezuela y consolidar el poder en su dictadura autoritaria", dijo la vocera del Departamento de Estado, Heather Nauert.

Pero la visión chavista del "imperio" se mantiene intacta y el presidente de Venezuela volvió a culpar en rueda de prensa el lunes al "dictamen y el financiamiento de los Estados Unidos" de la "guerra y la violencia" vivida en las protestas opositoras en las calles de Caracas y toda Venezuela que dejaron unos 125 muertos entre abril y julio.

Estas movilizaciones cesaron cuando Maduro volvió a instaurar una Asamblea Constituyente de plenos poderes. Esta acción también favoreció la popularidad del mandatario que creció de un 24,4% a un 31,1%, según la firma Venebarómetro. En cambio, la evaluación negativa de la MUD aumentó de 46,1% a 65,7%.

Pero el malestar sigue por la crisis económica, con fuerte escasez de alimentos y medicinas.
Pese a tener las mayores reservas de petróleo del mundo, Venezuela está al borde del default total pues solo tiene US$ 9.700 millones en reservas y en 2018 debe pagar unos US$ 8.000 millones de su deuda externa, estimada en unos US$ 150.000 millones.

Una oposición dividida y sin estrategia clara

“Si se retiran de las elecciones, ¿qué alternativa le dan al pueblo?, ¿las armas, la guarimba?”, dijo Maduro. Aunque cantada, la victoria del chavismo dejó nuevamente a la MUD en posición incómoda por sus contradicciones. Un grupo de dirigentes que desafió a sus líderes y participó en las municipales logró apenas conservar unos bastiones de Caracas, como Chacao.

Como no hay acuerdo entre los principales líderes opositores, la reorganización de estos para 2018 resulta compleja.

“Lo único que les queda es reorganizarse en función de escoger un candidato para 2018, pero eso todavía luce muy complejo porque no hay acuerdo entre los principales liderazgos”, manifestó Martínez.
Aunque la oposición tendrá un tiempo muy corto para reestructurarse y definir una estrategia, su problema mayor es no tener un líder que motive, organice y reviva la esperanza.

La MUD deberá además convencer “a los venezolanos de que no valió la pena ir a las urnas esta vez, pero sí ir a las presidenciales”, señaló Salamanca. En las calles de Chacao, el malestar es evidente. Por eso Maduro apunta a “evitar que la oposición se reagrupe”, según señaló el experto electoral Eugenio Martínez.


Presidenciales. Opositores y analistas creen que Maduro adelantará las presidenciales.

Fechas. Aprovechando la derrota de la MUD, el presidente podría pasarlas de fines de 2018 al primer trimestre.

Carné de la patria. Con el documento se brinda prestaciones a ciudadanos que según la oposición son afines al chavismo y se discrimina al resto.