Maldonado y Minas: el cruce en que los delincuentes se sienten impunes

La impunidad, para otra vecina, fue presenciada en primera fila, entre las mesas de ese mismo local, 15 días atrás: los delincuentes asaltaban a todos los transeúntes que pasaran por la esquina, por lo que los clientes –también vecinos de la cuadra–avisaban a todo aquel que pasara por la puerta para que entrara y evitara la emboscada.

Cuando uno de los ladrones advirtió la maniobra se acercó a la entrada del comercio y gritó "¿Qué pasa, están nerviosos porque queremos robar?". En ese momento pasaba una familia, caminando por Lorenzo Carnelli hacia la rambla, y el delincuente vio la oportunidad de demostrar su poder: los asaltó, se quedó con la billetera de uno de ellos y se la mostró a sus espectadores con aire de triunfo.

La inseguridad en esa cuadra, sobre la que El País informó a principios de este mes y que los vecinos consideran que empeoró desde que comenzó el año, se ha vuelto insostenible en las últimas dos semanas; en este período se hicieron virales tres videos que muestran otro de los modus operandi de los delincuentes; no les importa que sea de noche para robar, porque también lo hacen a plena luz del mediodía.

Sin embargo, hay un momento predilecto, cuenta otro vecinos; los domingos de tardecita, cuando la comparsa Valores de Ansina baja por Minas hacia la Rambla, y obstruye el paso de Maldonado. Ahí se hacen un festín, porque los autos quedan atascados, y los conductores a su merced.

Patrullaje preventivo

El jefe de la Zona Operacional I de la Policía de Montevideo, Ignacio González, aseguró este martes que ese es un problema que tiene identificado, para el cual se dispuso de "patrullaje preventivo".

Dijo además que en las últimas horas la Policía detuvo a dos delincuentes, que la Justicia condenó por el delito de hurto. Le habían robado una cartera a una mujer. El adulto irá a prisión, pero su compañero, un menor, quedó bajo la tutela del Estado.

Además, la Dirección General de Represión al Tráfico Ilícito de Drogas realizó tres allanamientos en la zona días atrás, tras los cuales se incautaron "pequeñas cantidades de drogas, dinero, celulares, una balanza de precisión", y se detuvo a una persona, que luego fue condenada por el delito de tenencia de estupefacientes, dijo González.

Arresto ciudadano

Pese a estas actuaciones hay víctimas a diario, lamentan varios vecinos de la manzana, y además hay quienes se resisten. Este jueves, uno de ellos salió a correr al ladrón que le había robado el celular por la ventana de su auto, cuando se había detenido en la esquina. Con ayuda del encargado de otro comercio, lo atrapó, lo contuvo y llamó a la Policía.

Pero el patrullero tardó en llegar mucho más de los cinco minutos que, de acuerdo a la versión que el Ministerio del Interior ha repetido en varias oportunidades, demoran los móviles en responder los llamados.

En esta ocasión, –y al igual que ocurrió con los disturbios del lunes a la madrugada en los alrededores de la Plaza Mateo– el patrullero demoró 20 minutos en asistir a los vecinos, según contó el empresario que participó del arresto ciudadano, que también pidió ser identificado por miedo a represalia de los delincuentes.

La fiscal de Flagrancia Adriana Edelman, dijo a El Observador que ese hombre fue formalizado con prisión, al igual que otro capturado ese mismo día, también por ciudadanos, pero para los vecinos la Justicia está ausente.

Cuando no hay detenidos, y solo denuncian robos, la respuesta de los policías suele ser que "no pueden hacer nada, porque el nuevo Código del Proceso Penal dice que los limita en las tareas y que deben pedirle permiso para todo al fiscal de turno", dice uno de ellos.

Pensiones

"Son una banda de chiquilines que andan en el barrio, que a veces se los llevan, pero al otro día los vemos de vuelta", dice Sussy, mientras dobla las servilletas de una de las mesas de su confitería y lamenta la situación negando con su cabeza.

Un jerarca de un centro educativo de la manzana solicitó al Ministerio del Interior el servicio del programa Comunidades Educativas Seguras, que consiste en un patrullaje de dos hombres en moto, pero no satisfizo el miedo de los vecinos, ya que su presencia es "esporádica" y no basta para disuadir a los asaltantes.

Tampoco es suficiente la atención que les brinda el comisario de la Seccional 2°, el comisario Jorge Díaz, quien pasa muy poco tiempo en la comisaría. "Cada vez que vamos hasta allí para tratar de hablar con él, no está", dice Sussy. Al mediodía de este martes, Díaz tampoco estaba en la Seccional.

No obstante, la "raíz" del problema se encuentra en un punto crítico, en Durazno y Salto, en donde funciona una pensión que, de acuerdo a información policial, allí se alojan algunos de los jóvenes que salen a robar. Esta mañana, la casa de puertas ventanas de madera pintadas de celeste, estaba totalmente cerrada. Un cartel en la entrada, despintado, rezaba: "Casa de Inquilinato".

Los vecinos pretenden que el Ministerio del Interior instale cámaras de seguridad en esa zona, y que los atienda el alcalde del Municipo B, Carlos Varela, con quien El Observador también intentó el contacto, aunque sin éxito. Una clienta habitual de Sussy sugirió, con humor, invitar al presidente Tabaré Vázquez al barrio, ya que el primer mandatario visitó el balneario de San Luis para transmitirle tranquilidad a los vecinos, también aquejados por una ola de inseguridad.