La senadora suplente del
Partido Comunista y primera mujer
trans en llegar a la Cámara Alta declarará este jueves como testigo ante la Suprema Corte de
Justicia, por la revisión de un caso civil en el que se la acusa de haber ejercido como abogada de las dos partes.
Todo empezó en 2014 cuando un hombre emprendió un juicio contra su expareja reclamando poder visitar a su hija. Cuando llegó el día de la audiencia, fue informado de que había renunciado a la patria potestad en otro juicio un año antes, representado por Suárez, a quien dijo no conocer.
Según consta en el expediente, al que tuvo acceso El Observador, la hoy senadora firmaba como representante del hombre en el comienzo del proceso de pérdida de patria potestad pero más adelante pasó a firmar como la abogada de la mujer, a quien luego volvió a representar en el juicio de visitas.
Enterada de la irregularidad, la abogada del hombre, Silvana Gonda, solicitó la revisión del caso y el 28 de setiembre de 2015, el juzgado civil de Atlántida emitió su sentencia: no anuló el proceso (porque ya había vencido el plazo de apelación), pero dio paso a otras dos instancias judiciales.
Por un lado, remitió el caso a la Suprema Corte de Justicia para su revisión; por otro, a la justicia penal para que se indague si la hoy senadora incurrió en algún delito.
Suárez ya fue convocada, junto a su socia Rosario Sánchez, a declarar dos veces a la Corte, pero no concurrió. Ante la posibilidad de ser conducidas por la Policía, ambas abogadas presentaron un escrito en el que se comprometieron a presentarse a declarar. Suárez dijo a El Observador que la conducción “no tiene sentido” porque justificó debidamente las ausencias anteriores.
En la órbita penal, se la indaga por una presunta falsificación porque aparece su firma en la petición de pérdida de la patria potestad y al lado figura la de su supuesto cliente, quien afirmó desconocer el documento. Para determinar si hubo o no falsificación, el fiscal del caso solicitó una pericia caligráfica, que será un elemento clave también en la revisión de la Suprema Corte.
Suárez aseguró que “nunca” defendió a las dos partes, sino que siempre se presentó como abogada de la mujer. “Yo nunca fui relevada del secreto profesional, y por eso no puedo hablar públicamente” de algunos detalles. “Espero que se puedan aclarar todos los calificativos absolutamente desmerecedores”, dijo y agregó: “Se me ha tildado de estafadora, ladrona y mentirosa”.