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Mujica, el "pobre"; Astori, el "rico"... , ¿o las apariencias engañan?
La pobreza, o mejor, la vivencia de la pobreza, ayuda mucho cuando se trata de entender las necesidades de aquellos que tienen escasas cosas materiales. Tal vez esta creencia más o menos fundada sea la que, en el imaginario popular, incorpora a José Mujica entre los defensores de los más necesitados, y a Danilo Astori lo sospecha interesado en quienes están más arriba en la escala social.
La austeridad del expresidente y líder del MPP, las fotos que lo muestran subido a un tractor o andando descalzo en su chacra de las afueras de Montevideo, su discurso en el que abundan las incorrecciones semánticas y la cadencia campechana, refuerzan juicios y prejuicios.
En cambio, el ministro de Economía y líder del Frente Líber Seregni (FLS) –el principal contendiente de Mujica en la interna del gobierno del Frente Amplio- refleja una imagen de perfecto integrante de la clase media alta uruguaya. Contador, vecino de Malvín, siempre trajeado, incapaz de protagonizar alguna impostura, casi siempre con alguna cifra que le sale de la boca.
Además, Astori se ha caracterizado por dar la cara para informar acerca de algunas de las medidas más impopulares del gobierno, mientras que Mujica suele aparecer para defender decisiones que, aparentemente, benefician a los que menos tienen. Pero, ¿esas apariencias se corresponden con la realidad?
Hablando en plata, no hay mucha diferencia entre la riqueza de Mujica y la de Astori. Según la declaración jurada que ambos presentaron en 2015, el patrimonio neto de Mujica era de $8.077.063 millones de pesos (unos US$276 mil dólares) y el de Astori ascendía a $10.253.280 millones de pesos (unos US$344 mil dólares). Lejos de la pobreza cualquiera de los dos.
Puestos a comparar las decisiones económicas y sociales respaldadas por Mujica y Astori en los últimos tiempos, al ministro de Economía le ha tocado la tarea de defender iniciativas que, a simple vista pueden aparecer como lesivas para los intereses de los que menos tienen. En cambio, el líder MPP suele pararse en una vereda que aparenta ser diferente.
Por ejemplo, en los últimos días trascendió que Astori impulsa una suba de las tarifas de UTE pese a las ganancias que ha tenido el ente energético. Mujica guardó silencio ante esa propuesta que, de concretarse, golpearía el bolsillo de todos los uruguayos, inclusive de los más pobres. Punto para Mujica en esa carrera de apariencias.
Astori también se manifestó en contra de la solución previsional para los cincuentones que respalda el líder del MPP. A primera vista, el ministro de Economía aparece del lado de los recaudadores y Mujica en el de los jubilados.
Pero la propuesta supone el rembolso de miles de dólares para abultar las futuras jubilaciones de trabajadores que hoy ganan sueldos por encima de los $70 mil pesos. Jubilaciones que deberán subsidiar del primero al último de los uruguayos. Y así fue advertido desde el astorismo. "Vamos a destinar recursos importantes a contemplar los reclamos de un conjunto de personas y tenemos sectores mucho más vulnerables a los cuales una inyección de esa cantidad de plata podría sacarlos de situaciones más complicadas como la pobreza infantil", dijo el diputado Alfredo Asti. Esta vez, el punto en el combate a la pobreza debería corresponder a Astori.
Moretones
En esto de dar la cara para defender causas muy poco populares, Astori se merece varios premios. Fue el ministro de Economía quien, a mediados de 2016, jugó el papel de malo cuando anunció que el aumento del IRPF regiría para los sueldos inferiores a 50 mil pesos nominales. Pocas horas después, el Frente Amplio –con el MPP a la cabeza- logró que el gravamen fuera escalonado y alcanzara a los sueldos superiores a $50 mil. Otra vez Mujica, esta vez con hechos, alimentó el imaginario popular.
Luego de esos anuncios, en el astorismo redactaron un escrito de circulación interna en el que se advirtió acerca de la necesidad de que el sector terminara con los aparentes prejuicios con los que lo miden muchos votantes.
"Históricamente se identifica al votante FLS con frentistas politizados e intelectuales o profesionales de clase media. Sin embargo nuestro principal objetivo de captación deben ser los cientos de miles de uruguayos de todo el país que el FA, con sus políticas económicas, sacó de la pobreza pero que aún no pueden consolidar su situación ni acceder a bienes y servicios que garanticen cobertura de derechos básicos del núcleo familiar", se advierte en el documento.
"Cría fama y échate a dormir", dice el dicho. Y, por ahora, los datos electorales demuestran que, en las zonas más pauperizadas del país, el carné de pobre lo sigue portando Mujica.
