Muñoz contra la muralla del Codicen

Cuando el presidente Tabaré Vázquez escogió a María Julia Muñoz para la cartera de Educación la presunción generalizada era que la ministra, con historial de mano firme ante cualquier problema, impondría su autoridad para reformar finalmente la alicaída enseñanza pública. Esa esperanza se disipó durante dos años largos, dominados por la amurallada conducción incompetente del sector, a cargo de Wilson Netto. Pero finalmente parecen soplar vientos de cambio. Muñoz acaba de lanzarse contra el Consejo Directivo Central (Codicen) de ANEP, cuyo perdurable presidente sigue siendo el mayor obstáculo al mejoramiento educativo.

Bajo presión de Netto prontamente desaparecieron de escena los dos técnicos que Vázquez le puso a Muñoz para sacar adelante un adecuado plan de reformas prometido por el presidente que incluía, entre otras muchas medidas, la unificación de los ciclos educativos para combatir el actual desastre en Secundaria. Pero cuando Netto le puso la proa y el Poder Ejecutivo se fue al mazo, el subsecretario Fernando Filgueira y el director Juan Pedro Mir tuvieron que abandonar el ministerio. Ambos integran hoy la plana directiva de Eduy21, que agrupa a reputados técnicos privados y que ha formulado, en contraste con la inercia oficial, planes idóneos para sacar a los niños y adolescentes uruguayos de la prehistoria educativa.

Esos planes no fueron retomados específicamente por Muñoz en sus sorpresivas declaraciones en el programa Quién es quién de la emisora Diamante FM. Pero denunció la pesadez burocrática del Codicen y hasta manejó la posibilidad de que fuera eliminado, pasando los consejos de los distintos niveles a entenderse directamente con el Ministerio de Educación y Cultura (MEC). Se declaró a favor de un cambio de estructura, con mayor incidencia del ministerio en las decisiones sobre la enseñanza pública, porque considera que la actual centralización del Codicen genera burocracia.

Al ser consultada sobre una estructura sin el Codicen, afirmó que el MEC podría coordinar todo con Primaria y Secundaria "sin ningún problema". Agregó que "es difícil determinar que haya mejores resultados en esa situación (sin Codicen); pero lo que sí se saca es un obstáculo". Excepto por estas declaraciones de la ministra, que parecen revertir la habitual tolerancia con el obstruccionismo de Netto, nada indica que el gobierno considere eliminar el Codicen y poner al MEC en control directo de la enseñanza, como sería deseable. Si hay un Ministerio de Educación, es lógico que conduzca el área, en vez de delegar su función natural en un organismo autónomo, anomalía parecida a la que existe con el Ministerio de Salud Pública y ASSE.

Luego de los comentarios de Muñoz contra el Codicen, que obviamente deben reflejar la posición de Vázquez, conviene que el sistema político recuerde que la Constitución permite suprimir un ente autónomo con dos tercios de votos en ambas cámaras. Es obviamente más sencillo encarrilar la reforma educativa con un cambio de autoridades del Codicen. Pero es tentadora la perspectiva de prescindir de la innecesaria duplicación con un organismo que, además, impide la educación de calidad, poniendo en cambio esa meta en manos de su natural conductor ministerial.