El Patio de Belvedere, que data de 1484 y guarda preciosas obras de arte de los Museos Vaticanos, está siendo pintado con leche. Sí, se trata de una antigua receta que ha probado ser más duradera que cualquier otra pintura sintética moderna.
"No somos nostálgicos del pasado", dijo el arquitecto en jefe del Vaticano, Vitale Zanchettin a CNN. "El punto es que creemos que estas soluciones envejecen mejor. Han sido examinadas y puestas a prueba", explicó.
La leche se mezcla con cal apagada y pigmentos naturales y el resultado es colocado a mano sobre las paredes.
La leche utilizada proviene de las vacas del Vaticano, que son criadas en la residencia papal de Castel Gandolfo, a las afueras de Roma.
Estas medidas demuestran la insistencia del papa Francisco en cuidar el medio ambiente, y su compromiso con el ecologismo.
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