Por: Pediatra Fernando Prego
Las adenoides, también conocidas como vegetaciones, son un órgano linfoide, parecido a las amígdalas que está situado en la parte alta de la faringe, tras las fosas nasales. Cumplen una función defensiva del organismo frente a las infecciones.
La mayoría de las infecciones de los niños ingresan al organismo de forma orofraríngea, y la naturaleza prevé un círculo de defensa en esta entrada que son las amígdalas, las más comunes son las dos que vemos en la garganta, pero hay otras atrás de la nariz, atrás de la lengua y otras más hacia abajo; que forman un mecanismo de defensa que contienen en primera instancia, los microbios que ingresan por esas vías.
Estas "aduanas" de defensa, por llamarlas de alguna manera, se ponen en alerta, se inflaman, cada vez que hay una infección, como en los niños chicos son muy frecuentes las infecciones ese tejido se hipertrofia porque aumenta con una infección y no le da el tiempo para retroceder antes de la próxima agresión.
El ciclo normal de las amígdalas es cuando el bebé nace comienzan a desarrollarse y van creciendo en tamaño a medida que crece el niño hasta que a mitad de la edad escolar comienzan a declinar y cuando termina la edad escolar ya tienen su tamaño definitivo como la de un adulto, de la misma manera crecen las que están atrás de la nariz que son las vegetaciones.
¿Cuándo las vegetaciones pasan a ser problema?
Cuando se da una infección, o sea están colonizadas por un microbio por lo que el niño hace fiebre a causa de esto y no se termina de curar, o cuando el volumen de estas amígdalas dificulta, obstruye la respiración normal.
¿Cómo identificamos que están más grandes de lo debido?
Lo más normal es que el niño ronca de noche, babea la almohada, bor nasal, paladar ojival por lo que no llegan a desarrollar bien y airear su macizo facial.
¿A qué edad se puede comenzar a detectar?
En el entorno de los 2 años, antes de eso no se plantea que pueda haber un problema.
¿Cómo se determina la operación?
A partir de esos 2 años que comienzan a manifestarse los síntomas, no hay una edad puntual para realizar la operación, si el niño muestra problemas para respirar correctamente, ronca de noche, babea la almohada que es lo clásico, tiene otitis y cuadros de garganta frecuentes, por lo que ese tejido paso de ser una defensa a un problema. De todas maneras siempre se intenta un tratamiento médico, los otorrinos en eso son expertos y además hacen tratamientos preventivos, o terapéutico médico. Si esas fracasan se pasa a la operación.
Las amígdalas se tienden a no sacar, las vegetaciones si no ayudan a las defensas si se sacan, pero en el caso de las amígdalas dependen de otra cosa.
La operación es de bajo riesgo, ¿no?
Sí, bajo riesgo, por lo que no hay que generar una preocupación frente a esto y se debe tener en cuenta que la calidad de vida para ese niño mejora muchísimo.
¿Cuál es el especialista a consultar frente a esto?
En primer lugar es el pediatra que es quien le hace el seguimiento al niño y orientar a la familia en estos casos, luego el otorrino que es el especialista.
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