"Solución" de Manini Ríos es "pésima"

El director del Centro Latinoamericano sobre Juventud (Celaju) y exdirector del Instituto Nacional de la Juventud (INJU), Ernesto Rodríguez, dijo a El Observador que la propuesta del comandante en jefe del Ejército, Guido Manini Ríos, de incorporar en sus filas a los jóvenes que no estudian ni trabajan es una "pésima solución". Manini Ríos había manifestado en entrevista con radio El Espectador su voluntad de ofrecer "educación cívica, cierta disciplina, normas de higiene" y "enseñarles oficios" a quienes están marginados.

Me sorprende un poco el momento, pero no me sorprende para nada la sustancia del asunto. Es una muestra más de una campaña muy sistemática, no sé si explícita o implícita, de estigmatización de lo que englobamos en la categoría de los nini. Es muy injusto hacer esa generalización. Hay de todo en el grupo de los jóvenes que no estudian ni trabajan. Y creo que a su vez es una pésima "solución", proponer lo que el comandante en jefe del Ejército propone. Que lo hace, además, mezclando todo. Mezclando darles normas de buena conducta, normas de aseo personal. En cada frase hay una gran cantidad de cosas que estigmatizan muy fuertemente a los jóvenes.

Primero, que hacía tiempo que no se planteaba nada similar y me sorprende un poco que esto se plantee en momentos en los que hay muchos otros temas en la agenda pública que preocupan muchísimo. No tiene ningún sentido que se proponga esto dentro de los debates vinculados con la agenda de seguridad. Me parece que es un tema que debe plantearse en términos de desarrollo e integración social y no de seguridad. El planteo distrae la atención de otros temas que son mucho más importantes.

Por muchas razones. Primero, hay que definir con cierto nivel de precisión de qué hablamos cuando hablamos de jóvenes que no estudian ni trabajan. La propia denominación tiene una carga peyorativa muy grande porque, de alguna manera, pone la culpa del lado de los jóvenes cuando en realidad no estudian ni trabajan por una serie de circunstancias y razones muy amplia, no todas achacables a los jóvenes. Hay mucha carencia del lado de la oferta educativa y laboral. Segundo, dentro de la categoría hay de todo. Dos de cada tres son mujeres que trabajan muchísimo en su casa a cargo de labores domésticas, a cargo del cuidado de familiares. Solo que no son trabajos remunerados. Entonces querer dar la idea de que los jóvenes que ni estudian ni trabajan son vagos por definición –algo que está muy implícito y muy explícito en las afirmaciones que se hacen– es una grosería. Y hay otro juicio que lleva a suponer que los jóvenes que ni estudian ni trabajan son responsables directos y prioritarios de la comisión de delitos, algo que no está demostrado. De hecho, las evidencias que se disponen demuestran todo lo contrario.

Los muchos y muy diversos jóvenes que integran esta categoría tienen sus propias pautas de conducta, tienen sus propias normas de aseo. Le podrán gustar o no al comandante en jefe del Ejército y a buena parte de la opinión pública, pero eso es otra historia. Hay una intención de disciplinar a los jóvenes, propio de una persona que dirige una institución altamente jerarquizada, que pretende que toda la sociedad funcione con esas reglas. Felizmente nuestra sociedad funciona diferente.