Álvaro Ahunchain: "La cultura es imprescindible para sobrevivir en momentos así"

Y mientras todo era incertidumbre, debió negociar y renegociar protocolos, habilitaciones e impulsar la vuelta del teatro con los mayores cuidados posibles.

Dramaturgo y director teatral, docente y creativo publicitario, está convencido de que, entre otras cosas, la pandemia sirvió para mostrar que la cultura tiene un lugar imposible de ignorar, aunque a veces no se le dé la importancia que merece.

¿Qué nos enseñaron estos seis meses de pandemia?

Nosotros arrancamos marzo con un montón de proyectos, y el 13 de marzo nos cambió todo. Esta emergencia sanitaria marcó un gran sacudón, tanto en lo general como en nuestra área específica.

A nivel general demostró por un lado la capacidad de adaptación, por los cambios que generó en distintas costumbres, sobre todo laborales. Marcó la instalación definitiva del teletrabajo, que creo que vino para quedarse, y lo mismo pasó con las reuniones online a través de distintas plataformas de comunicación, que también creo que van a ser comunes de ahora en más, y que incluso en muchos casos van a reemplazar a las reuniones presenciales.

El teletrabajo también significó la pérdida de puestos laborales, porque esta nueva rutina implica una mayor productividad, y también hizo que se necesitara a menos gente para cumplir con las distintas tareas. Por lo tanto, sacó a la luz una crisis del trabajo, no solo en Uruguay, sino a nivel mundial, que obliga a buscar alternativas para sobrellevarla.

¿Y en el área cultural puntualmente hubo algún aprendizaje concreto?

En cuanto a nuestro rubro, lo que la pandemia demostró también fue el lugar que ocupa la cultura. La valorizó y le dio un espacio que se solía ignorar. La cultura se escamotea en la discusión política, se la toma como si fuera solamente una decoración, o como si fuera únicamente una herramienta de posicionamiento ideológico para uno u otro sector, y lo cierto es que es imprescindible para sobrevivir en momentos así.

El ejemplo más cercano para nosotros es el de la plataforma Cultura en casa (establecida por el Ministerio de Educación y Cultura al comienzo de la emergencia sanitaria como un espacio de consumo cultural en el que estuvieran disponibles producciones audiovisuales, literarias, musicales, teatrales y pictóricas de forma libre), que tuvo un récord de ingresos, y la gente vio en estos meses cine uruguayo, espectáculos musicales, teatrales, ballet, música académica y exposiciones.

La pandemia significó el retorno de un público que estaba o no en los espectáculos y en los eventos culturales presenciales, pero que vino en este tiempo. Y pasó lo mismo con las iniciativas privadas, ya fueran lecturas, shows musicales o charlas que se hicieron, por ejemplo, a través de las redes sociales.

Lo que demostró esta situación es que la apetencia cultural por parte del público no es reemplazable, sino que es central. Espero que esto redunde en que cuando se acabe, o al menos se controle la pandemia, haya un reencuentro entre el público y los artistas.