Los datos recopilados por un
Apple Watch se usaron como evidencia en un juicio por homicidio. Los fiscales accedieron a la información de monitoreo de la frecuencia cardíaca de la víctima para interpretar una línea de tiempo que, en este caso, culminó en la muerte.
Esto ocurrió en un juicio por asesinato en la ciudad de Adelaide, Australia, donde una mujer de 26 años llamada Caroline Nilsson, afirmó que su suegra, Myrna Nilsson, había sido atacada y asesinada por dos hombres que entraron a su casa, después de seguirla por un incidente en la calle. Sin embargo, los fiscales presentaron evidencia que demostraba que la escena del crimen y la historia eran falsas y lo hicieron gracias al Apple Watch.
La frecuencia cardíaca y el seguimiento del movimiento del
reloj mostraron que, el día de su muerte, Myrna Nilsson tuvo un repentino aumento de actividad, seguido por una desaceleración dramática en el movimiento, que según la fiscalía demuestra "estar de acuerdo con alguien que está siendo atacado".
Momentos después de la caída en los niveles de actividad, el sistema de control de la frecuencia cardíaca dejó de registrar un latido del corazón, consignó Digital Trends. Basadas en el hecho, las autoridades establecieron que el ataque tuvo lugar alrededor de las 18:38 y su muerte a las 18:45. Sin embargo, Caroline Nilsson había dicho que la pelea con los supuestos atacantes había ocurrido al menos 20 minutos antes. Finalmente, la Policía arrestó a la nuera de la víctima.
Esta no es la primera vez que la tecnología en un
reloj inteligente ayuda en una investigación. A comienzos de este año, datos similares de las funciones de salud se utilizaron como evidencia en un juicio por homicidio que ocurrió en Alemania.