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Así sobrevivieron los humanos a la mayor erupción de la historia

Nueva evidencia revela cómo el hombre prosperó a la sombra del monte Toba

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13 de marzo de 2018 a las 09:32

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Fue lo más parecido a un apocalipsis en 2 millones de años. La erupción del supervolcán del monte Toba hace unos 74 mil años asfixió al planeta en un invierno volcánico durante más de una década y casi exterminó a la humanidad. Con todo, sobrevivimos.

Nueva evidencia enterrada bajo tierra africana a casi 9.000 kilómetros de la escena revela una historia diferente: una en la que Toba explotó, pero los humanos sobrevivieron e incluso prosperaron en la oscura estela del supervolcán.

Cuando voló su parte superior, que cubrió unos 2.800 kilómetros cúbicos del área circundante en ceniza volcánica, escupió a la atmósfera otros elementos casi invisibles: cryptotephras (fragmentos microscópicos de vidrio).

Bajo el microscopio, casi 75 mil años después, una de esas piezas llamó la atención del geoarqueólogo Panagiotis Karkanas de la Escuela Americana de Estudios Clásicos en Grecia, mientras estaba tamizando sedimentos tomados de un sitio arqueológico llamado Pinnacle Point 5-6, ubicado a lo largo de la costa sur de Sudáfrica.

El análisis posterior de la firma química del fragmento –y de otro fragmento, descubierto a 9 kilómetros de distancia– confirmó que ambos databan de la supererupción.
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Pero eso no es todo lo que el equipo encontró. El equipo también descubrió artefactos de piedra, huesos y otros restos culturales de los antiguos habitantes africanos. Sorprendentemente, el registro arqueológico sugiere que el estallido épico de Toba no interrumpió la vida de estas personas.

"Estos modelos nos dicen mucho sobre cómo las personas vivían en el sitio y cómo sus actividades cambiaron con el tiempo", explicó uno de los investigadores, Erich Fisher, de la Universidad Estatal de Arizona. Y agregó en un artículo que se publica en Nature: "Lo que descubrimos fue que durante y después del momento de la erupción de Toba, la gente vivía en el sitio continuamente, y no había evidencia de que afectara sus vidas cotidianas".

Esto contrasta con las investigaciones previas que afirmaban que el invierno volcánico de Toba llevó a la humanidad al borde de la extinción, con años de cielos llenos de cenizas quitando la luz solar y sin vegetación.

El equipo cree que los hombres lograron sobrevivir por estar cerca de la costa, donde aprovecharon la pesca. En otros lugares, separados del mar, otras comunidades, incluso las que están a 9.000 kilómetros (o más) de Toba, pueden no haber sido tan afortunadas.

Por supuesto, esa es solo una hipótesis por ahora. Gracias a nuevas técnicas analíticas, es probable que no pase mucho tiempo antes de que las cryptotephras de lugares arqueológicos sin salida al mar revele exactamente lo que le sucedió a las personas que vivían allí.

"Este es un momento del Santo Grial en la geocronología", dijo uno de los miembros del equipo, el arqueólogo Curtis W. Marean, de la Universidad Estatal de Arizona, a The Atlantic.
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