Cómo encontrar un castillo, un rinoceronte y una rana que fuma en la playa de Marindia

Es el quinto año consecutivo que se realiza este evento denominado Castillos en la Arena. En 2014 solo participaron tres países, pero este año hubo representantes de nueve países -México, Bolivia, El Salvador, Paraguay, Brasil, Perú, Colombia, Argentina y Uruguay.

En conversación con El Observador, Dumas Texeira, el organizador del evento, explicó que no se trata de una competición, sino de una actividad donde el objetivo es la confraternidad tanto entre los artistas como con el público. El boceto de una escultura elaborado sobre la arena fue lo que lo inspiró años atrás para poner en marcha esta actividad.

La mayoría de los participantes son escultores, algunos de barro, otros de nieve y otros de metales y madera, algunos con experiencia en trabajar en arena y otros incursionando en este material. Todos concluyeron que esculpir sobre arena es un desafío, ya sea por las particularidades como por las inclemencias del tiempo. “Cuando te vas dejás la obra de una manera y no sabes lo que te vas a encontrar cuando vuelvas”, dijo Cristina Cabrera, una escultora argentina quien se declaró feliz de que la naturaleza aportara su arte a la escultura.

Rosana Modernel, escultora uruguaya, contó que el principal secreto para esculpir en la arena es mantenerla hidratada y compactada con agua. Lo ideal es comenzar a trabajar de arriba hacia abajo y de atrás hacia adelante. Cuando se tiene una parte terminada, se lo cubre con una solución de agua y cola vinílica que actúa como capa protectora de la obra. Para Dumas Texeira también es importante el porcentaje de arcilla que posee la arena. “La arcilla permite que la forma aguante más tiempo y permite darle más detalles a la escultura”, explicó.

El organizador aseguró que seguirá realizando este evento en los próximos años en los que espera poder ampliar el número de artistas y hacer extensiva la invitación a países fuera de América Latina.