Nacional logró un gran triunfo este miércoles en su visita a Chapecoense por la ida de la segunda fase de la Copa Libertadores.
El gran trabajo colectivo estuvo sostenido en tres grandes rendimientos individuales: el golero
Esteban Conde, el hoy zaguero
Diego Arismendi y el volante Santiago Romero.
Conde, que venía de un clásico flojo por la Supercopa donde estuvo falto de reacción en el gol de Maximiliano Rodríguez. Pero nuevamente en el ruedo internacional volvió a ser figura.
El golero se quedó con la única chance de gol que tuvo el rival en el primer tiempo, en una acción personal de Nadson. En el complemento, ya con el 1 a 0, detuvo dos grandes remates de media distancia. En el primero dejó un rebote largo en el que Apodí falló solo en el rebote. En la última jugada del partido voló y rechazó la pelota que terminó dando en el travesaño.
Diego Arismendi fue la gran figura de
Nacional. Mostró aplomo, solvencia y solidez jugando como zaguero, una posición a la que tuvo que volver por la baja de Diego Polenta, que cumplió el primero de sus tres partidos de suspensión.
Esa posición no le es desconocida pero el año pasado Arismendi tuvo pobres rendimientos en ese puesto. Contra Zulia fue determinante para la derrota de Nacional en el Parque Central. Pero esta noche, contra Chapecoense, fue el patrón del partido. Ganó por arriba y también para abajo saliendo a achicar espacios o anticipando a rivales.
En la jugada del gol, Arismendi anticpó a un rival y recuperó la pelota. Ahí surgió una rápida combinación que terminó en el gol del Colo Romero.
El volante que volvió de Rosario Central fue clave. Le ganó el puesto a Álvaro González y Luis Aguiar y le respondió a la apuesta del Cacique. Le dio intensidad al mediocampo, adelantó la línea de presión y se sumó al ataque. Fue el autor del gol del partido con uno de sus fuertes: pisar el área rival. También pasó bien la pelota, tal vez el punto más débil de su juego.