Copa menstrual

La copa menstrual es un recipiente flexible de material hipoalergénico que se introduce en la vagina para recoger los fluidos de la menstruación y que, con una adecuada higiene, se puede utilizar durante varios años.

Este invento se popularizado hace poco tiempo, pero la copa menstrual se usa desde hace más de 80 años. Un estudio publicado en la revista Obstetrics & Gynecology en 1962 la presenta como una buena alternativa para evitar las infecciones vaginales por Trichomonas vaginalis y otras molestias causadas por los tampones.

La copa vaginal también se presenta como una alternativa en países con pocos recursos .

Las toallas higiénicas y los tampones son un producto de lujo, y en muchos lugares las mujeres que no pueden costearlos aún se protegen con paños o telas, una solución incómoda y que conlleva bastantes problemas de higiene y salud. Por eso, la copa menstrual podría ser una buena solución para ellas: se puede reutilizar y es más sencilla de lavar que los paños.

No hay límite temporal para llevar la copa menstrual; solo se recomienda vaciarla y lavarla cada ciertas horas. Y ahí es donde pueden surgir los mayores inconvenientes.

Sus defensoras alegan el argumento ecológico de que "no gastas celulosa ni la tiras después". Eso le ahorra al planeta unos tres millones de kilos de basura al año, el ecológico es uno de los dos argumentos más fuertes, pues aunque los higiénicos o tampones sean biodregradables y no tengan lejía, etc., sus envoltorios, aplicadores y demás sí, y estos tardan cientos de años en descomponerse y tienen otros químicos".

Sin embargo, una de las desventajas de la copa menstrual es que se trata de un método bastante desconocido y que requiere de un cierto aprendizaje para acostumbrarse a su uso, además de que en muchas culturas aún hay ciertos tabúes con los temas relacionados con la menstruación.