Un grupo de científicos estadounidenses puso a prueba un nuevo tratamiento alternativo a la terapia hormonal sustitutiva con roedores.
y liderada por la Escuela de Medicina Wake Forest (Carolina del Norte), puede abrir nuevas vías en el tratamiento de la menopausia en mujeres y el impacto de algunos tipos de
en los ovarios.
Según explicaron los autores, esta técnica -probaba en ratas de laboratorio- recurre a la bioingeniería para diseñar ovarios tridimensionales y regular así la administración de hormonas sexuales. Lo mismo se lograba con la tradicional terapia de reemplazo hormonal (TRH), pero esta nueva opción también reduce los efectos secundarios adversos.
La TRH, recuerdan los expertos, no solo es efectiva para mujeres con menopausia, sino que también se aplica a pacientes cuyos ovarios se ven afectados por el cáncer. No obstante, sus efectos secundarios negativos superan a los positivos, por lo que es necesario sustituir este tratamiento farmacológico por otro basado en la terapia celular.
A su vez, mientras que a nivel fisiológico las células pueden secretar más de un tipo de hormonas, se pueden enviar señales al
cerebro para imitar el funcionamiento de ovarios sanos.
Sobre esta base, los científicos del Wake Forest y otros colegas encapsularon dos tipos de células ováricas (granulosas y tecales) en un ovario artificial tridimensional. Fue trasplantado en ratas a las que les habían extirpado los ovarios naturales.
Una vez conectado al organismo, esta estructura de bioingeniería resumió las interacciones
celulares originales y produjo de manera estable bajos niveles de hormonas, sobre todo estrógenos y progesterona. Esto sucedió durante los 90 días que duró el experimento.
Asimismo, constataron que los ovarios tridimensionales reducen los efectos adversos normalmente asociados a los tratamientos de reemplazo hormonal, como son la pérdida de peso o los cambios en la densidad ósea.
Si bien lograron demostrar que esta nueva terapia celular puede replicar el funcionamiento del órgano reproductor femenino en roedores, recomiendan que se efectúan más estudios antes de poder aplicarlo en humanos.