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Día de muertos: una celebración mexicana que va calando en los uruguayos

Los uruguayos se interesan cada vez más por la celebración mexicana del Día de Muertos
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02 de noviembre de 2021 a las 05:04

La vida no puede existir sin la muerte. De hecho, desde que nacemos de alguna forma empezamos a morir. Esa es la premisa de cada 2 de noviembre, cuando se celebra el Día de Muertos. Y sí: se celebra. Así lo exige la tradición mexicana.

"Al nacer, muerto, quemaste tus naves para que otros fabricaran la epopeya con tu carroña; al morir, vivo, desterraste una palabra, la que nos hubiera ligado las lenguas en las semejanzas", fragmento de La región más transparente, de Carlos Fuentes. 

"La vida de México se basa en esta dicotomía de vida-muerte. Para los pueblos originarios, y esto se continuó con nuestros pobladores actuales, la vida era una continuidad de la muerte y al revés, había siempre una simbiosis y un circuito que se movía de uno a otro y sigue sintiéndose igual", explica el embajador de México en Uruguay, Víctor Manuel Barceló, en diálogo con El Observador.

Las raíces de la celebración se pueden rastrear hasta hace miles de años, mucho antes incluso de la invasión española, hasta el corazón de los pueblos originarios. "Tiene mínimo unos 1200 años, pero se conoce de manera muy práctica y muy clara hace unos 500 años cuando el Imperio español envía a Hernán Cortés, y una serie de caballeros no tan santos trataron de destruir todo y con mucha habilidad fueron capturando grupos indígenas muy fuertes en el trayecto a la ciudad de México-Tenochtitlan para poder aplastarla, y la aplastan", señala Barceló, que destaca que no eran pueblos guerreros sino "pueblos mentales". 

Con la llegada del Imperio español y el sometimiento de los pueblos precolombinos empiezan a permear rasgos de las culturas europeas en las celebraciones indígenas, básicamente de la religión católica que era la preponderante. "Aun actualmente cualquier religión está incorporada a este rito, a esta manera de festejar a los muertos", señala el embajador y explica que puede haber tumbas adornadas por familias católicas, judías o musulmanas: "no hay absolutamente ningún conflicto".

"Esto sirve para que se capturen ideas de un pueblo que piensa que la vida es continuación de la muerte y a su vez la muerte en un ciclo vital continuo se convierte en la vida", dice el embajador.

El embajador de México, Víctor Manuel Barceló Rodríguez

Si bien el Día de Muertos se conmemora cada 2 de noviembre, cuando se cree que el alma de los difuntos regresa al plano de los vivos, a partir del 28 de octubre las familias comienzan a colocar amorosamente las fotografías de sus muertos en un altar junto a flores coloridas, velas y un pan tradicional mexicano que se hace especialmente para la ocasión. Desde entonces cada día está dedicado a un motivo distinto de muerte, como aquellos que perdieron la vida en accidentes o los que fallecieron siendo niños. "Se está esperando desde el día 28 de octubre que vayan llegando los muertos a ver qué cosa les pusieron para este año, a tomar sus alimentos con toda la familia; porque la familia se va enterita al panteón y ahí están los niños jugueteando y comiendo, los padres y los abuelos comiendo y bebiendo y platicando con el muerto, conversándole qué han hecho ese año, que vean como están creciendo los niños", relata Barceló y remarca que se genera una interacción que considera impresionante. "Los escuchas hablando con ellos y no lo crees, te preguntas dónde están, pues ahí están las almas de esas personas. Al menos así lo sentimos nosotros y entendemos que esa interacción hace que se prolongue la vida un poco más". 

Los mexicanos adornan cuidadosamente los panteones de sus muertos. Ponen velas para que se ilumine su camino tanto en la noche como en el día, les ofrecen los alimentos que acostumbraban comer, un vaso de agua y las bebidas que le gustaban; ya sea tequila, mezcal o pulque en algunos pueblos. Lo mismo que se pone en el panteón tiene que haber en la casa, indica el embajador, pero señala una diferencia: en el panteón a veces se llevan las fotografías de dos o tres de los difuntos y en casa se ponen todos los que se recuerdan o de los que hay fotos. "Esta celebración es año con año y se dedica a los muertos más queridos de la familia, a quienes se les pone un altar como este. Pero este altar está dedicado a figuras nacionales, con todos los muralistas de México", indica Barceló.

El altar de este año honra a los grandes muralistas mexicanos

Este año el altar del Día de Muertos que se instaló en el Espacio Cultural de la Embajada de México honra a los grandes muralistas mexicanos, hombres y mujeres que fueron exponentes de uno de los movimientos artísticos más distintivos e influyentes de América Latina. "Era muy importante volver a este tipo de personajes, que un poco habían sido olvidados de la tradición de hacerles sus murales", indica el embajador. Hay nombres más populares, pero también algunos que no trascendieron a pesar de su talento: personalidades como Diego Rivera, Frida Khalo y José Clemente Orozco o artistas como Desiderio Hernández Xochitiotzin, Jorge González Camarena o Aurora Reyes.

El altar, construido en varios niveles, está tapizado con banderas de colores y rodeado de flores de papel, similares a las cempasúchil mexicanas. Encima se exhiben las fotos de los artistas, cestas de frutas, velas, pequeñas calaveras, instrumentos musicales y botellas de tequila. Es acompañado de una exposición de algunos de los murales de los artistas y se destaca una representación de Sueño de una tarde dominical en la Alameda, de Diego Rivera, que popularizó la figura de La Catrina, originalmente conocida como La Calavera Garbancera del artista José Guadalupe Posadas.

La Catrina de Sueño de una tarde dominical en la Alameda, de Diego Rivera

"Uruguay es un pueblo muy culto e interesado en las culturas mesoamericanas y con el cual tenemos una relación cordialísima prácticamente desde que los dos nacimos a la independencia", apunta Barceló y asegura que cada año los uruguayos se interesan cada vez más por esta celebración, tanto que se acercan a la embajada para preguntar sobre la tradición e interiorizarse con los rituales. "Yo diría, con todo respeto, eso fortalece una cultura. Así como nosotros nos fortalecemos de su democracia. Es la simbiosis entre dos pueblos", asegura. 

Agenda del Día de Muertos
Entre las 16:00 y las 19:000 se inaugurará el altar de muertos del Espacio Cultural de la Embajada de México, que se mantendrá abierto al público hasta el 3 de diciembre de 10:00 a 16:00
El teatro El Galpón también inaugura este martes su altar de muertos dedicado a Don Vicente Muñiz Arroyo y Elba Bruzzone. Quedará disponible hasta el domingo 7 de noviembre, de lunes a viernes de 10:00 a 21:00 y el fin de semana a partir de las 18:00.

¿Cualquiera puede hacer un altar de muertos en su casa? La respuesta del embajador mexicano es contundente: "Por supuesto". Se trata de una invocación a sus deudos y un esfuerzo de acercamiento con nuestros familiares. "A veces los seres humanos nos quedamos con mucho que querríamos haberle dicho a nuestro abuelo, a nuestro padre, a nuestra madre, a quien hayamos perdido. Es un momento para poder hablar con ellos. Es un hecho real definitivo, porque hay una sensación natural de apego, de acercamiento, ahí lo tiene uno sabiendo que está ahí aunque no lo vea", sostiene.

En esta dirección el artista plástico Gastón Rosa, que es conocido como Untonga y por pegar tumbas rosadas con mensajes en toda la ciudad, lanzó una propuesta en sus redes sociales: hacer tu propio altar familiar. Según indicó, se trata de tomar el espíritu de la celebración mexicana y hacerla dialogar con nuestras propias costumbres. "Esto de que cada familia haga su altar también moviliza un montón de energía. Más allá de la creencia de lo que pueda ser lo espiritual, creo que hay un tema con el recordar y honrar a los muertos. De por si el recordarlos genera algo lindo, te hace hablar cuando armas un altar te hace hablar de esas personas con tu entorno y eso genera un vivencia que es diferente a ir al cementerio o otras actividades que hacemos nosotros normalmente en el día de muertos".

"¿Cuáles habrían sido nuestros rituales con la muerte de haber sido otra la historia?", se pregunta el artista y recuerda que, más allá de la creencia general, Uruguay es un país con indígenas. Quizás, de haber sido otra la historia, las tradiciones serían diferentes. 

¿Cómo querés celebrar a tus muertos? Es una pregunta personal, que el artista propone pensar, investigar y conversar. "No es que tengamos que tomar la celebración mexicana sino es como empezar a procesar eso y ver qué resulta", comenta y señala que a partir de la convocatoria le han llegado testimonios de familias que se juntaron a conversar sobre sus antepasados, que rieron, que lloraron, y armaron altares con mates. "Tenerlo en la casa te genera que te acuerdes, y vayas agregando cosas, está siempre en movimiento el altar. Es como que está presente el altar y por ende sus muertos"

Los uruguayos, herederos de tradiciones más bien europeas, poco a poco se van acercando a otra forma de honrar a sus muertos y la celebración mexicana genera interés entre los curiosos. 

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