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El clásico viene con yapa: la primera Supercopa
Nacional –que necesita dar buenas señales– y Peñarol juegan por el honor de siempre y un título histórico
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26 de enero de 2018 a las 05:00
El drama que viene adosado a los clásicos en el fútbol uruguayo, ese que hace que se confundan prioridades y se establezcan como hábitos malas costumbres e indisciplina, coloca el partido de este viernes a la hora 21 en el Estadio Centenario en un lugar muy especial. Lleno de presión para Nacional, y cargado de expectativa y aliviado de pesos extras para Peñarol.
Por la forma en que llegan, por las urgencias de uno y de otros. Porque Nacional está condicionado por el calendario, porque en cinco días debuta en la Copa Libertadores con la obligación de ganar para seguir en carrera y dar el primer paso para llegar a la fase de grupos. Alcanzar esa cuarta ronda del torneo continental ya no solo por el prestigio deportivo, devaludado para los equipos uruguayos, sino por los US$ 1,8 millones que recibirán los albos en caso de pasar al grupo y que se transforma en un salvavidas en este momento del club.
Todo eso empieza a pasar factura a los tricolores. Pesa en la cabeza y en las piernas, particularmente en una etapa de la preparación en la que los físicos no están finos pero el calendario les exige estar en forma.
El clásico debería implicar una carga anímica similar para los dos, pero las recientes derrotas ante Peñarol y la incertidumbre que genera el nivel futbolístico que puede lograr el equipo bajo la conducción de Alexander Medina, lo hacen especial para Nacional.
Hoy, el equipo de Medina tiene toda la responsabilidad, incluso cuando el técnico no puede hacer milagros en tan pocos días. Sin embargo, tiene que empezar a mostrar las primeras pinceladas de la obra que pretende presentar en el campo de juego, después de la desprolija actuación en la primera presentación.
Por lo pronto el técnico ensayó con un cambio de sistema táctico en el entrenamiento del miércoles, pero no confirmó el equipo ni brindó certezas sobre la oncena.
De todas formas, parece obvio que después del revolcón del lunes, que introduzca modificaciones para ajustar el funcionamiento a las exigencias de esta formación de Peñarol que parece estar blindada.
Sebastián Rodríguez quedó descartado por lesión y será una baja de peso para los tricolores.
Medina probó con un mediocampo con dos volantes de contención y tres futbolistas con velocidad y buen pie por delante. La señal es clara: la pelea por el domingo de la pelota en el mediocampo quedó planteado.
¿Serán capaces los albos de doblegar la inquebrantable labor que encontró Ramos en el funcionamiento de Walter Gargano, que vuelve hoy, y Cebolla Rodríguez?
A simple vista no parecen, incluso cuando los nombres del mediocampo de Nacional podría llegar a intimidar al de Peñarol. No obstante, su funcionamiento está lejos de inquietarlo. Ya quedó reflejado el lunes.
¿Podrá solucionar Nacional las carencias ofensivas? ¿Y las defensivas?
La fortaleza de Peñarol en el mediocampo se presenta como un obstáculo demasiado difícil para este Nacional. Incluso, por la solidaridad y convicción de los dirigidos por Ramos, que en todas las líneas fortalecen su fórmula.
Peñarol no tiene que demostrar nada nuevo esta noche. Solo debe reafirmar los conceptos futbolísticos que manejó hasta el momento. Tal vez, el rival más difícil que debe enfrentar Peñarol es Peñarol mismo: no confiarse.
Allí está el detalle del clásico para Ramos.
¿Cuánto mejor que el lunes puede jugar Peñarol? El hincha le puede exigir más regularidad en el funcionamiento. Pero no mucho más que eso.
En el balance final, la propuesta de Peñarol le brinda al hincha una confianza que no tenía desde hace muchos años.
En ese contexto, el partido de esta noche no será un clásico más. Será uno en el que Nacional tiene deberes extras y responsabilidades mayores que su rival.
Y tendrá una particularidad: no será un partido más, será el primero en el que se pondrá en juego un nuevo torneo oficial en la Asociación Uruguaya de Fútbol, la Supercopa, entre el campeón del Uruguayo (Peñarol) y el del Intermedio (Nacional). Que se resolverá en alargue y penales si igualan en los 90 minutos.
Eso hace que el clásico alcance ribetes especiales, y obligaciones muy particulares para Nacional, que debe rendir el examen más importante.
Las entradas se venden en RedPagos hasta la hora 18. Amsterdam Peñarol (puertas 6, 7, 9 y 10) socios $ 150 y generales $ 500, Colombes Nacional (puertas 17, 18, 20 y 21) $ 150 y $ 500, Olímpica Peñarol (puertas 12 y 13) y Olímpica Nacional (puertas 14 y 15) $ 200 y $ 650, América Nacional (puerta 24) y Peñarol (puerta 3) $ 300 y $ 1.000
El entrenador de Peñarol tiene poco para perder en este clásico porque ya demostró en el último semestre y en el partido del lunes que tiene el molde de los triunfos. De todas formas, no se puede descansar en lo que ya logró, que le permitió ganar el crédito de los hinchas.
La fórmula de Peñarol es simple, frontal y efectiva. La presión sobre el balón en la salida y el resto físico que mostró el equipo, incluso en pretemporada, le permiten disponer de elementos que lo colocan un nivel por encima de su rival.
La remontada en el último semestre y los triunfos ante Nacional, fortalecieron a este equipo de Leonardo Ramos en los clásicos. Esa convicción es la que le permite mostrarse tan sólido.
El ecuatoriano Fidel Martínez mostró que es un jugador que con su velocidad es capaz de establecer grandes diferencias en el lento fútbol uruguayo. Hoy tendrá otra oportunidad para confirmar lo que esbozó en su estreno clásico. Canobbio ya brindó señales de que este equipo no extrañará a Rossi, igual que Giovanni González. Tienen que repetir esta noche.
A cinco días del debut en la Copa Libertadores, ante Chapecoense, Nacional necesita encontrar señales que le permitan empezar a descubrir el buen funcionamiento. El técnico no puede hacer milagros en 24 días de trabajo en Los Céspedes.
El técnico conformó mal el equipo para el primer clásico. Le sirvió la cancha a Peñarol para que hiciera un surco por izquierda con De Pena (lateral improvisado) y Aguiar. Ajusta la fórmula con un equipo que le dejará menos espacios a Peñarol y ensayó con un 4-2-3-1.
La llegada de Bergessio, quien arribó para ser titular en el ataque de Nacional, descomprimirá el peso que cae sobre Sebastián Fernández, quien no tiene las características para ganar en el juego aéreo, que es el que proponen los albos con la buena pegada de Aguiar.
Por la forma en que llegan, por las urgencias de uno y de otros. Porque Nacional está condicionado por el calendario, porque en cinco días debuta en la Copa Libertadores con la obligación de ganar para seguir en carrera y dar el primer paso para llegar a la fase de grupos. Alcanzar esa cuarta ronda del torneo continental ya no solo por el prestigio deportivo, devaludado para los equipos uruguayos, sino por los US$ 1,8 millones que recibirán los albos en caso de pasar al grupo y que se transforma en un salvavidas en este momento del club.
Todo eso empieza a pasar factura a los tricolores. Pesa en la cabeza y en las piernas, particularmente en una etapa de la preparación en la que los físicos no están finos pero el calendario les exige estar en forma.
El clásico debería implicar una carga anímica similar para los dos, pero las recientes derrotas ante Peñarol y la incertidumbre que genera el nivel futbolístico que puede lograr el equipo bajo la conducción de Alexander Medina, lo hacen especial para Nacional.
Hoy, el equipo de Medina tiene toda la responsabilidad, incluso cuando el técnico no puede hacer milagros en tan pocos días. Sin embargo, tiene que empezar a mostrar las primeras pinceladas de la obra que pretende presentar en el campo de juego, después de la desprolija actuación en la primera presentación.
Por lo pronto el técnico ensayó con un cambio de sistema táctico en el entrenamiento del miércoles, pero no confirmó el equipo ni brindó certezas sobre la oncena.
De todas formas, parece obvio que después del revolcón del lunes, que introduzca modificaciones para ajustar el funcionamiento a las exigencias de esta formación de Peñarol que parece estar blindada.
Sebastián Rodríguez quedó descartado por lesión y será una baja de peso para los tricolores.
Medina probó con un mediocampo con dos volantes de contención y tres futbolistas con velocidad y buen pie por delante. La señal es clara: la pelea por el domingo de la pelota en el mediocampo quedó planteado.
¿Serán capaces los albos de doblegar la inquebrantable labor que encontró Ramos en el funcionamiento de Walter Gargano, que vuelve hoy, y Cebolla Rodríguez?
A simple vista no parecen, incluso cuando los nombres del mediocampo de Nacional podría llegar a intimidar al de Peñarol. No obstante, su funcionamiento está lejos de inquietarlo. Ya quedó reflejado el lunes.
¿Podrá solucionar Nacional las carencias ofensivas? ¿Y las defensivas?
La fortaleza de Peñarol en el mediocampo se presenta como un obstáculo demasiado difícil para este Nacional. Incluso, por la solidaridad y convicción de los dirigidos por Ramos, que en todas las líneas fortalecen su fórmula.
Peñarol no tiene que demostrar nada nuevo esta noche. Solo debe reafirmar los conceptos futbolísticos que manejó hasta el momento. Tal vez, el rival más difícil que debe enfrentar Peñarol es Peñarol mismo: no confiarse.
Allí está el detalle del clásico para Ramos.
¿Cuánto mejor que el lunes puede jugar Peñarol? El hincha le puede exigir más regularidad en el funcionamiento. Pero no mucho más que eso.
En el balance final, la propuesta de Peñarol le brinda al hincha una confianza que no tenía desde hace muchos años.
En ese contexto, el partido de esta noche no será un clásico más. Será uno en el que Nacional tiene deberes extras y responsabilidades mayores que su rival.
Y tendrá una particularidad: no será un partido más, será el primero en el que se pondrá en juego un nuevo torneo oficial en la Asociación Uruguaya de Fútbol, la Supercopa, entre el campeón del Uruguayo (Peñarol) y el del Intermedio (Nacional). Que se resolverá en alargue y penales si igualan en los 90 minutos.
Eso hace que el clásico alcance ribetes especiales, y obligaciones muy particulares para Nacional, que debe rendir el examen más importante.
Precios
Las entradas se venden en RedPagos hasta la hora 18. Amsterdam Peñarol (puertas 6, 7, 9 y 10) socios $ 150 y generales $ 500, Colombes Nacional (puertas 17, 18, 20 y 21) $ 150 y $ 500, Olímpica Peñarol (puertas 12 y 13) y Olímpica Nacional (puertas 14 y 15) $ 200 y $ 650, América Nacional (puerta 24) y Peñarol (puerta 3) $ 300 y $ 1.000
Los puntos claves para Leonardo Ramos
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Leonardo Ramos
1. Prestigio: Sabe cómo hacerlo
El entrenador de Peñarol tiene poco para perder en este clásico porque ya demostró en el último semestre y en el partido del lunes que tiene el molde de los triunfos. De todas formas, no se puede descansar en lo que ya logró, que le permitió ganar el crédito de los hinchas.
2. Fútbol: Presión y toque
La fórmula de Peñarol es simple, frontal y efectiva. La presión sobre el balón en la salida y el resto físico que mostró el equipo, incluso en pretemporada, le permiten disponer de elementos que lo colocan un nivel por encima de su rival.
3. Aspecto anímico: Se siente ganador
La remontada en el último semestre y los triunfos ante Nacional, fortalecieron a este equipo de Leonardo Ramos en los clásicos. Esa convicción es la que le permite mostrarse tan sólido.
4. Las figuras: Deben confirmar
El ecuatoriano Fidel Martínez mostró que es un jugador que con su velocidad es capaz de establecer grandes diferencias en el lento fútbol uruguayo. Hoy tendrá otra oportunidad para confirmar lo que esbozó en su estreno clásico. Canobbio ya brindó señales de que este equipo no extrañará a Rossi, igual que Giovanni González. Tienen que repetir esta noche.
Los puntos claves para Alexander Medina
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Alexander Medina
1. Disciplina: ¡Tres expulsados!
Tras la pésima imagen que Nacional dejó por el comportamiento de sus jugadores en el clásico del lunes, en el que terminó con ocho jugadores, la disciplina de los futbolistas albos estará en la mira. Medina expresó tras el último partido: "Me preocupó mucho terminar con ocho jugadores".2. Funcionamiento: El equipo
A cinco días del debut en la Copa Libertadores, ante Chapecoense, Nacional necesita encontrar señales que le permitan empezar a descubrir el buen funcionamiento. El técnico no puede hacer milagros en 24 días de trabajo en Los Céspedes.
3. Equilibrio: La banda izquierda
El técnico conformó mal el equipo para el primer clásico. Le sirvió la cancha a Peñarol para que hiciera un surco por izquierda con De Pena (lateral improvisado) y Aguiar. Ajusta la fórmula con un equipo que le dejará menos espacios a Peñarol y ensayó con un 4-2-3-1.
4. El déficit del 9: Prueba para Fernández
La llegada de Bergessio, quien arribó para ser titular en el ataque de Nacional, descomprimirá el peso que cae sobre Sebastián Fernández, quien no tiene las características para ganar en el juego aéreo, que es el que proponen los albos con la buena pegada de Aguiar.
