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4 de noviembre 2023 - 12:03hs

La máxima autoridad militar ucraniana, el general Valery Zaluzhny le dijo al semanario The Economist que su ejército se encuentra actualmente atrapado en un “punto muerto” con Rusia que parece poco probable que se rompa en el corto plazo.

"Al igual que en la Primera Guerra Mundial, hemos alcanzado el nivel de tecnología que nos pone en un punto muerto", reconoció el comandante en jefe del ejército y agregó que "lo más probable es que no haya un avance profundo y hermoso".

Este es el reconocimiento más claro hasta la fecha por parte del ejército ucraniano de que su contraofensiva se ha estancado y se produce "en medio de un esfuerzo más amplio por parte de los funcionarios ucranianos para moderar las expectativas de los aliados de un rápido éxito en el campo de batalla, al tiempo que los instan a mantener el apoyo militar para permitir que Ucrania gane la ventaja en el campo de batalla”, según analizó el New York Times.

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Pero a pesar de la realidad de una guerra demoledora y de minar la atención y el apoyo internacionales, la discusión sobre un acuerdo negociado con Rusia sigue siendo “tabú” en Kiev, según las nuevas noticias sobre el presidente ucraniano Volodymyr Zelensky.

Simon Shuster, de la revista Time, escribió que “la terquedad de Zelensky, dicen algunos de sus asistentes, ha perjudicado los esfuerzos de su equipo por idear una nueva estrategia, un nuevo mensaje. Mientras debatían el futuro de la guerra, una cuestión seguía siendo tabú: la posibilidad de negociar un acuerdo de paz con los rusos”.

Para Zelensky, una tregua, incluso temporal, “significaría dejar esta herida abierta para las generaciones futuras”.

Shuster informa desde Kiev que muchos de los temores en torno a financiar y armar a Ucrania sin un final claro se están haciendo realidad. Esta semana, David Sacks, analista en geopolítica del Consejo de Relaciones Internacionales, examina las preocupaciones que han sido validadas por la realidad: los objetivos bélicos maximalistas de Ucrania no son realistas; la larga guerra ha diezmado el ejército de Zelensky; las políticas de reclutamiento de Kiev son cada vez más draconianas; la moral en el país se está derrumbando; y la corrupción en el gobierno es rampante.

La dinámica cambiante interna y en el campo de batalla va acompañada de un apoyo insuficiente entre los patrocinadores internacionales más importantes de Ucrania. El artículo se centra en Washington, donde la renuencia a financiar a Kiev (principalmente por parte de los republicanos en el Congreso) ha aumentado constantemente en los últimos meses, y la atención se ha alejado rápidamente de Europa a medida que ha estallado la guerra en el Medio Oriente.

La búsqueda de nuevas estrategias por parte de la administración Biden, incluida la de considerar el apoyo a Kiev como bueno para la economía estadounidense y la combinación del siguiente tramo de ayuda con una serie de otras prioridades políticas, muestra que el esfuerzo bélico de Ucrania ya no tiene el mismo poder político que alguna vez tuvo.

“El apoyo público a la ayuda a Ucrania ha estado disminuyendo durante meses en Estados Unidos, y la visita de Zelensky no hizo nada para reavivarlo”, se lee en el artículo de TIME. El texto señala también que “alrededor del 41% de los estadounidenses quiere que el Congreso proporcione más armas a Kiev, frente al 65% en junio, cuando Ucrania inició una importante contraofensiva, según una encuesta de Reuters realizada poco después de la partida de Zelensky [luego de una visita a Washington en septiembre]”.

Como argumentó Anatol Lieven, del Instituto Quincy, hace más de un año: “Cualquier iniciativa de paz tendrá que venir de Estados Unidos. (...) La capacidad del gobierno ucraniano para negociar está paralizada por la (comprensible) furia ante la invasión y las atrocidades rusas; por la presión de los ucranianos de línea dura, especialmente en el ejército; y, cada vez más, por la propia retórica del gobierno, que está comprometiendo a Ucrania con objetivos (como la recuperación de Crimea) que sólo podrían lograrse con una victoria militar total sobre Rusia”.

La renuencia de Zelensky a buscar una solución diplomática negociando con un país invasor es comprensible y será difícil de cambiar sin el apoyo de Washington, y las realidades cada vez más claras de la guerra podrían incentivar a la administración Biden a hacerlo.

(Con información de agencias)

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