El Galaxy S9 pasó por las manos de JerryRigEveryThing, quien le ha practicado todas las maldades posibles que se puede hacerle a móvil: desde rallar sus superficies con llaves y cuchillas, hasta golpes y forzar su deformación.
El último modelo de Samsung, al menos el modelo con la pantalla más pequeña, salió airoso de todas estas pruebas. La protección Gorilla Glass 5 es suficiente para no sufrir daños ante llaves, monedas y otros elementos. Lo único que se consigue rallar son las rejillas del altavoz, que son de aluminio, y el lector de huellas dactilares, pero continúa funcionando a la perfección.
El cristal de mayor durabilidad y el marco de aluminio reforzado (el mismo utilizado en la industria aeroespacial) también permiten que el móvil resista golpes y caídas sin problemas.
Por otra parte, el teléfono es duro y no se dobla con facilidad. El cristal de la parte trasera tampoco sufre daños, no se despega, y tampoco se ralla.
En el video hasta se ve cómo el S9 es capaz de recibir el efecto directo de una llama en su pantalla y que esta vuelva a funcionar 12 segundos después.
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