Sebastián Ribas

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El hijo de Ribas le tapó la boca al Gladiador con dos goles pero lo sacó por pillado

La increíble historia de Sebastián, el hijo del locuaz técnico, que se luce en Argentina
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21 de febrero de 2018 a las 05:00
Sebastián miraba por la ventana y no lo podía creer. Su padre, el conocido Gladiador, el que se hacía llamar Búfalo Carbonero cuando fue entrenador de Peñarol y cambiaba de apodo a los jugadores, se tiraba en la piscina. No era un día de verano, ni una cálida tarde de primavera. Era un crudo día de invierno. Pero Julio Ribas siempre está brindando esa especie de pruebas de resistencia. De pelear e intentar ganarle a lo imposible.

Sebastián se crió en una casa donde se respiraba fútbol. Por las venas de los Ribas corre fútbol. Julio transmitió su pasión por el deporte. Primero lo vivió como jugador, y luego como entrenador.

Por estas horas Sebastián Ribas es noticia. Se transformó en el goleador de la Súperliga Argentina en un humilde equipo como Patronato.

Con 29 años de edad, el hijo de Julio es dueño de una prolongada trayectoria. Se dio el lujo de jugar en el poderoso Inter con el Chino Álvaro Recoba, el exquisito Luis Figo, el locuaz Zlatan Ibrahimovic, la bestia Adriano, Javier Zanetti, entre otros.

Sebastián jugó en Italia, Monaco de Francia, Sporting Lisboa de Portugal, Barcelona de Ecuador, México, Ucrania. Y ahora desembocó en Patronato de Argentina.

Ribas se formó futbolísticamente en Bella Vista, el club donde la historia reservó un lugar para su padre como campeón del Uruguayo en 1990. Sebastián jugó en los papales entre 1996 y 2004, hasta que, por razones familiares, siguió a su padre Julio. Primero en Venezia, en donde jugó en las juveniles mientras su padre dirigía al primer equipo.

Al regreso a Uruguay recaló en Juventud.

"Lo saqué por Pillado"

En Juventud se dio la particularidad que Julio viajó a jugar el torneo internacional de Viareggio. Un campeonato de fama internacional en el que participan los principales equipos del mundo.

Sebastián no solo mamó la pasión de su padre por el fútbol sino que la padeció en aquel año 2006. Juventud jugaba la semifinal del torneo contra Siena. Y Julio arrancó con el relato de lo sucedido en una nota que brindó a Punto Penal de Canal 10.

"Flamengo, Santos, Corinthians, Boca, River, Inter, Milan, quedaron todos por el camino. Y nosotros teníamos la chance de clasificar a la final. Jugamos un primer tiempo terrible contra el Siena. Mal". Cuando llegan al vestuario en el entretiempo el entrenador empezó a los gritos, y con la arenga fiel reflejo de su estilo.

"Bueno no está tan mal porque si con 10 estamos empatando es porque este muchacho no está haciendo nada", dijo mientras todos se miraban asombrados. "Estamos con 10", dijo mirando a su hijo. Y agregó: "Ahora en estos primeros 15 minutos se recupera, jugamos con 11 y tenemos que plantear el partido como lo dijimos antes".

Sebastián entró y a los pocos minutos puso el 1-0. "Me miró de reojo cuando lo gritó. Al rato agarra otra pelota, pum, gol. Nos pusimos 2-0 con dos goles de él. Me bailaba y me miraba de reojo como diciendo: 'Tomá gil'. ¡A mi qué me importaba!".

Con el partido 2-0, Juventud cuenta con otra chance. Sebastián Ribas, el protagonista, se enfrenta al golero y se la pica. El guardameta se quedó paradito y se quedó con el balón.

¡Para qué! El Gladiador lo quería matar a su hijo. "Y le entré a gritar, ¡te aburriste! El loco (su hijo) ni me miraba y más me calenté. En una se acerca a pedir agua, viene caminando haciendo el personaje y me calentó del todo. ¡Pidiendo agua! ¡Qué pedís agua! ¡Hace cinco goles más!", narró Julio Ribas.

El técnico no pudo con su genio y paradito al lado de su hijo le estampó el insulto: "Sos un hijo de puta". Y me miró y me dijo: 'Es tu esposa'. ¡Llamé a otro y afuera! ¡Salí! Cuando lo saco dio toda la vuelta para llegar al banco y cuando pasó por al lado le digo: 'Dale pasá rápido'. y le tiré una patada. Él dice que le pegue. Y vendió que me enojé porque la picó. No, ¡me enojé porque fue de pillado! ¡Y uno tiene que ser el asesino! Porque quería que fuera el goleador. En todos los equipos que agarro quiero tener al goleador como lo tuve con Diego Alonso, (Walter) Pandiani, (Mario) Orta, como tuve en todos lados".

Sebastián fue el goleador de aquel campeonato juvenil. Juventud se trajo la copa en un hecho histórico.

El paso del tiempo y el camino profesional los alejó. Sebastián, al igual que su padre, se transformó en un trotamundos del fútbol.

El goleador

Después de aquella anécdota vivida en Viareggio, si hay algo que Sebastián aprendió es que no perdona. El lunes, con su gol ante Chacarita, el uruguayo quedó en la cima de la tabla de goleadores de la Superliga Argentina, con nueve conquistas junto a Darío Benedetto.

Ribas realizó inferiores del Club Atlético Bella Vista entre 1996 y 2004, y luego siguió su carrera en los clubes que dirigió su padre: Venezia, en juveniles, y Juventud, donde hizo su estreno en Primera.

Lo fichó Milán, donde nunca jugó en Primera, y desfiló por La Spezia, Genoa, Dijón y Monaco de Francia; Sporting de Lisboa, Barcelona de Ecuador; Karpaty Lviv de Ucrania.

Su estadística dice que en total acumula 244 juegos y 91 tantos. Y que por estos días escribe la historia como goleador del siempre difícil fútbol argentino, donde tantos uruguayos dejaron su huella imborrable y en la que desde el humilde Patronato parece dispuesto a hacer historia con el inconfundible sello de un estilo que su padre marcó a tantos jugadores y que el ya no solo aprendió en los entrenamientos, sino que también lo trae en la sangre, como herencia.

Mi padre el técnico

En el blog, sebastianribas.blogspot.com.uy, el delantero hace referencia al hecho de tener a su padre entrenador. "Es cierto que es algo que no se da muy a menudo, pero lo tomamos con normalidad. Conociéndolo a él, y creo que hay mucha gente que lo conoce, queda claro que soy un jugador más a pesar de la relación que tenemos. Adentro de la cancha soy como cualquier otro, afuera somos padre e hijo", dijo Sebastián. El muchacho contó a su vez, que ser el hijo del entrenador no le había traído ningún problema con sus compañeros y que ni siquiera recibió de parte de ellos bromas al respecto.

El día que fue campeón

En el año 2006 Juventud fue campeón en el Torneo Juvenil de Viareggio en la categoría sub 20, bajo la conducción de Julio Ribas y una gran actuación de su hijo Sebastián. El torneo que se disputa desde 1949, es reconocido por la FIFA, la UEFA, la Federación Italiana de Fútbol y el Comité Olímpico Italiano. En la final de aquel torneo, el equipo de Las Piedras venció a Juventus 1-0 con gol de Ribas. En aquel histórico partido, Juventud formó con Salgueiro; Villoldo, Peula, Britos, Asis; Ibarguen (H. Rodríguez), Dutra, Machado, Mora (Fosgt), A. Rodríguez (Barreto); Ribas.



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