Las
revelaciones del extécnico de la CIA Edward Snowden desataron una tormenta en la Agencia de Seguridad Nacional estadounidense (NSA), que desde hace ya un año debe hacer frente a las críticas y pérdida de confianza, dentro y fuera del país, debido a su programa de vigilancia masiva. Este implica espiar por teléfono e internet no solo a millones de personas en Estados Unidos y el resto del mundo, sino también a gobiernos que ahora miran con recelo la misión del servicio de inteligencia estadounidense. En medio de ese caos, el presidente Barack Obama nombró al almirante de la Fuerza Naval
Michael S. Rogers como nuevo director de NSA.
Con una carrera militar de más de 30 años y experto en seguridad informática, Rogers tiene la difícil tarea de ser el sucesor del general Keith Alexander. Este se jubiló tras más de 8 años al frente de NSA, en los que actuó con dureza ante el caso Snowden y calificó la filtración de información como “el mayor daño” jamás sufrido por el sistema de inteligencia de las naciones.
En cambio, Rogers se ha tomado el asunto con más calma, informó el portal de tecnología
The Verge, que describe la gestión de tres meses como “extremadamente diplomática y medida”. “Un diálogo amplio sobre lo que estamos haciendo y por qué es algo bueno para nuestra nación” es lo que Rogers quiere lograr durante su período en NSA.
Ciberpoder centralizado
Rogers no es ni ingeniero ni científico de computación, pero cree que es “necesario que los comandantes entiendan que la cibernética es una faceta vital de las operaciones y la guerra en el siglo XXI”, dijo en 2012 en entrevista con el periódico
The Washington Post. De hecho, Rogers comenzó su carrera como oficial de guerra en 1981 y fue ascendiendo hasta llegar a criptólogo, interceptando señales de los radares y sistemas de comunicación enemigos para los analistas de la inteligencia, informó el diario estadounidense.
Casado desde hace más de 25 años y padre de dos jóvenes, este hombre de 54 años oriundo de Chicago tiene otros tres puestos: es el relaciones públicas del “servicio silencioso” del Departamento de Defensa, director del Servicio Central de Seguridad y comandante del comando de las Fuerzas Armadas para las ciberoperaciones. En otras palabras, según The Verge, una sola persona está a cargo de NSA, defiende las redes del gobierno estadounidense y coordina los ciberataques contra los enemigos.