El sistema de cuidados: el último grito del marketing político

Es una verdadera lástima que la idea de implementar un sistema de cuidados se concrete recién en el último año anterior a la campaña electoral y luego de más de una década de bonanza ya terminada.

Es una verdadera lástima que sea tan obvio que tiene por objetivo la apelación a la sensibilidad como campaña de marketing político.

Es también una verdadera lástima la campaña publicitaria en la que un locutor –con una voz más empalagosa que una cucharada sopera de leche condensada–, nos trata con una condescendencia inaceptable. Encarna la voz untuosa de papá Estado que nos enseña, nos acaricia...

Habrá que ver si este nuevo invento logra distraer a la población. Hacernos olvidar que las personas que reciben estos cuidados y las personas que los cuidan no pueden salir de su casa sin que un forajido de los que andan sueltos (por la permisividad del gobierno) los asalte, los golpee, o directamente los mate.

Habrá que ver si los adultos mayores a los que –como si fueran niños– les regalan una tableta y les prometen estos cuidados se olvidan de que les pusieron impuesto a sus jubilaciones, y cuando se declaró inconstitucional el impuesto, con indolencia le cambiaron el nombre y marche preso.

Es que suena raro esta "responsabilidad social" que se despierta el año previo al año electoral. Mas raro si pensamos que en los 10 años de bonanza que pasaron, las personas con dependencia debieron subsistir sin sistema de cuidados. Capaz que no era oportuno en ese momento...

Es raro el orden de prioridades, como lo es también el momento en el que se pone en práctica el sistema.

Mientras el gobierno no cumple con su deber fundamental de garantizar el goce de los derechos esenciales como la vida y la seguridad pública, ahora nos dice (con voz de papá cariñoso) que ahora los cuidados son un derecho (obvio: si se mantiene usted con vida para poderlo gozar).

Es como si alguien, hablando del clamor popular para que el Estado le garantice a la población sus derechos constitucionales esenciales como la vida y la seguridad (artículo 7º de la Constitución), a alguien en el gobierno se le hubiera ocurrido una frase como: "¿querés que se olviden que no les reconocemos ni garantizamos los derechos esenciales? ¡Inventemos derechos nuevos. Son nabos, no se dan cuenta!

Yo pienso que el pueblo Uruguayo es sensible a estas cosas, no nos gusta que nos traten de ignorantes y de estúpidos.

No puede admitirse que, mientras la gente muere en las calles y anda por ellas como si fuera una presa en una jungla llena de depredadores (amparados por el gobierno), éste nos quiera "regalar" ahora nuevos derechos, cuando no cumple con asegurar los esenciales.

Estoy seguro de que los Uruguayos estamos en un 100 % de acuerdo en que exista un verdadero sistema que permita que las personas con dependencia tengan cuidados, se superen y por ese medio se también se le posibilite a las personas que abnegadamente los cuidan a tener actividades laborales y recreativas.

Pero también estoy seguro que nos ofende que se utilice esta población tan vulnerable para "tocarnos el corazón" con claros fines electorales.

Todo una verdadera lástima