El Programa de Viticultura Sostenible impulsado por el Instituto Nacional de Vitivinicultura (Inavi) es una iniciativa que surgió por el Grupo Crea Vitícola para lograr la certificación de viticultura sostenible en los viñedos de Uruguay. Las bodegas —apoyadas por instituciones públicas y privadas—, dieron los primeros pasos de este proyecto hace tres años y, actualmente, están a la espera del sello sustentable para sus productos.
Los productores que participan del programa y esperan conseguir la certificación en la sustentabilidad de la uva — en buenas prácticas en la cosecha para que el impacto en el medio ambiente sea el mínimo posible— representan el 20% del trabajo en Uruguay. Sin embargo, aún se continúa en un proceso de validación de la trazabilidad de la uva que hoy por hoy lo llevan adelante 15 bodegas.
Según el encargado del Programa de Viticultura Sostenible, Eduardo Félix, a nivel mundial la sostenibilidad dejó de ser un discurso y pasó a ser una preocupación general. Entonces, este sello sustentable que consiguen algunas bodegas del país les generará un diferencial en el mundo. “Las bodegas que producen vino sustentable lo van a ubicar en un nicho de mercado que cada vez es más grande y no solamente van a lograr que los consumidores elijan sino que, además, pueden conseguir una mayor compensación económica”, explicó.
El establecimiento Juanicó fue una de las bodegas que participó en el programa. “No dudamos en ningún momento de participar del proyecto”, señaló el gerente agrícola de la empresa, Gustavo Blumetto. Además, contó que si bien desde hace años llevan a cabo un sistema de buenas prácticas que está alineado con lo que se incentiva en el programa, formalizar el sistema productivo enfocado al cuidado del medio ambiente es fundamental: "Sentimos la demanda todos los días", dijo Blumetto.
"Hay muchos países en los que —si bien se logra vender— es más difícil la venta porque se pide la evidencia de la producción sustentable", explicó sobre la exportación de los vinos sin sello.
Consultado sobre la cantidad de vinos sustentables que van a encontrarse en el mercado, dijo que producen todas las cepas de forma sustentable, pero no necesariamente van a comunicarlo en todos productos finales porque ponerle el sello al producto final puede implicar un costo alto y —en determinados tipos de vinos—, no tiene un impacto positivo a nivel comercial.
Cerro del Toro también forma parte del grupo de bodegas que van a tener el sello de sustentabilidad, y entró al programa el primer día. “El camino de la sustentabilidad es el acertado para la viticultura en Uruguay”, aseguró el enólogo de la empresa, Martín Viggiano. “En tiempos en los que el consumidor exige conocer la trazabilidad de los productos, es justo que el vino tenga este sello de sustentabilidad”, añadió.
En este caso, todos los vinos producidos en el viñedo van a estar certificados con el sello de producción sustentable. Según Viggiano esto no va a impactar en el precio de venta de los productos porque la etiqueta verde puede redundar en un aumento de ventas en el mercado local y, también, en un mejor posicionamiento en el mercado internacional.
El objetivo que tienen desde Cerro del Toro es posicionar la marca a nivel mundial. Para Viggiano, en el mercado local el interés por la sustentabilidad es incipiente por lo que un principio no esperan que llame la atención. Sin embargo, buscan que se empiece a valorar en el mediano plazo.
Para concluir, Félix dijo que a nivel general en el programa hay 40 variedades de vino, pero en este momento las que van a salir al mercado con el sello son las cepas blancas porque los vinos tintos requieren un mayor tiempo de reposo. El encargado estima que estarán en el mercado con la etiqueta verde para el mes de octubre.