Si hay algo que tiene el whisky es su versatilidad, sus múltiples caras. “Depende del momento, depende del lugar, el estado de ánimo, la ocasión y con quién estoy el whisky que voy a tomar y de la manera que lo voy a tomar”, sostuvo Juan Carlos Baucher, Brand Ambassador de Johnnie Walker.
Pero, también es cierto que no es lo mismo lo que sucedía en los salones de la época Victoriana que lo que busca una nueva generación de jóvenes consumidores, muchos de ellos emprendedores que desean conectar con amigos a través de diversas experiencias que en este caso el whisky les puede brindar.
“Lo más importante es ir borrando fronteras, atreverse a descubrir y redescubrir una bebida que tiene mucho por contar”, dijo.
Hoy, el nuevo trago con nombre propio de la marca escocesa es el Johnnie Highball. Ideal para relajarse y simple de preparar, el nuevo protagonista estrella resulta refrescante, cítrico y vibrante.
“Johnnie Highball tuvo una recepción muy buena sobre todo en los jóvenes que consideraban al whisky una bebida muy intensa para beberlo solo, de esta forma descubrieron una nueva forma de consumirlo con una receta sencilla que puede prepararse sin complicaciones”, sostuvo Baucher.
Refrescante y super fácil de preparar, solo basta combinar una medida de whisky con un refresco como lima limón, una rodaja de naranja y servirlo en un vaso alto.
“Ya sea que prefieras hacerlo con Johnnie Walker etiqueta Roja o etiqueta Negra vas a descubrir una frescura vibrantes de aromas y sabores una balance perfecto de notas cítricas, sobre todo la burbuja que es la llave para elevar esas moléculas de aromas y sabores, explicó Baucher.
Sin duda, el whisky evolucionó y conquistó los cuatro rincones del mundo. Enamoró a los paladares más diversos y cada cultura lo adoptó de maneras diferentes por su gran versatilidad.
“Es cierto que se la consideró una bebida que debía tomarse sola “neat” sobre todo cuando se trataba de whiskies de lujo, pero también es verdad que fue clave en el nacimiento de la coctelería en 1860, protagonizando cartas de los bares más prestigiosos del mundo en la época de oro de la coctelería clásica”, sostuvo Baucher.
Sin embargo, hasta hoy existen algunos puristas que sostienen que el whisky debe tomarse puro.
En este sentido Baucher replicó: “yo le diría al puritano que lo siga disfrutando como lo viene haciendo, pero que se atreva a dar un paso más y descubra todos los secretos que un whisky le puede ofrecer mediante una simple mezcla que seguramente destaque una de sus tantas caras, y así el universo de ocasiones de consumo de su bebida favorita se amplíe”.
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