Vctoria Donda

Política > Entrevista

"En la crisis hechos de discriminación y racismo suelen profundizarse"

Es hija de desaparecidos y se encarga de combatir la xenofobia, discriminación y el racismo en la Argentina
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06 de julio de 2022 a las 11:05

Victoria Donda llegó a la función pública y un claro ejemplo de la tragedia que sacudió a la Argentina durante la última dictadura militar. La hoy titular de la Instituto Nacional contra la Discriminación, la Xenofobia y el Racismo (INADI) nació en el centro de detención clandestino de la Escuela de Mecánica. Ser hija de desaparecidos marcó su militancia política; siempre
definida por el compromiso con los derechos humanos.

Donda es abogada por la Universidad de Buenos Aires, si bien su desempeño temprano en el ámbito militante ya estaba marcado por la defensa de los derechos humanos, no es hasta 2003 que se entera, mediante la agrupación HIJOS y las Abuelas de Plaza de Mayo, de que es hija de desaparecidos. 

Con la asunción del nuevo gobierno del Frente de Todos, fue designada como Titular del INADI, cargo que ocupa hasta el día de hoy.  El INADI sería el equivalente de Comisión Honoraria contra el Racismo, la Xenofobia y toda otra forma de Discriminación del ámbito del Ministerio de Educación y Cultura.

Entre sus objetivos Donde debe combatir toda forma de discriminación, xenofobia y racismo, impulsando y llevando a cabo políticas públicas federales y transversales articuladas con la sociedad civil, y orientadas a lograr una sociedad diversa e igualitaria. Muchas veces, fue la propia Donda que por su condición de mujer e incluso hija de desaparecidos que víctimas de ataques discriminatorios. 

¿Cómo definirías la importancia del INADI y su desarrollo durante tu gestión? 

El Instituto Nacional contra la Discriminación, la Xenofobia y el Racismo es un organismo descentralizado que comenzó a funcionar en el año 1997. El INADI está encargado de elaborar políticas para combatir a nivel nacional toda forma de discriminación. Desde que llegamos a la gestión trabajamos día a día para generar e impulsar junto a otras áreas del Estado políticas públicas federales y transversales que se articulen con los distintos sectores de la sociedad civil. Trabajamos con el sistema educativo, con clubes de barrio y los clubes más grandes de nuestro país, coordinamos con gobiernos provinciales y locales; siempre en pos de construir en conjunto y aunadamente espacios y sociedades inclusivos e igualitarios.

Cuando llegamos modificamos algunas líneas de acción para fortalecer el área de asistencia a la víctima de discriminación y racismo e impulsamos los trabajos de investigación. Producto de ello fue que pudimos hace algunas semanas presentar el Mapa de la Discriminación, que hicimos en conjunto con distintas Universidades públicas a lo largo del país. También tuvimos en estos años iniciativas que fueron valoradas a nivel internacional, como la creación de la Comisión de Reconocimiento Histórico de la Comunidad Afroargentina, y que fue Sistema Interamericano de Derechos Humanos (OEA).

¿Por qué creés que pese a muchos avances sociales continuamos viviendo de forma cotidiana con hechos de discriminación?

En los momentos de crisis los hechos de discriminación y racismo suelen profundizarse. En todo el mundo estamos atravesando una crisis económica y financiera muy profunda, por diversas razones. En ese contexto han crecido los discursos de odio que tienen por objetivo estigmatizar, anular a un otro que califican negativamente. Esos discursos se imponen y viralizan estigmatizando a quienes los padecen, por eso son discursos violentos que fomentan más violencia.  Desde el Estado es importante que trabajemos para combatirlos mediante diversos mecanismos.

 

Vctoria Donda

Hace algunas semanas ustedes publicaron el Mapa de la Discriminación en Argentina y observaron que en el sistema educativo prima la discriminación por cuestiones estéticas. ¿Por qué sucede eso? ¿Desde el INADI trabajan con el sistema educativo?

En las escuelas se reproducen muchas de las lógicas que priman en nuestra sociedad, que sostenemos los adultos y que nuestros hijos e hijas replican a su vez en sus escuelas, con sus compañeros y compañeras de clase. La discriminación por cuestiones estéticas también se observó en nuestro estudio en ámbitos como el laboral, los bares y boliches o mismo en la vía pública. 

Sin embargo, la escuela es un lugar esencial desde el cual trabajar para finalizar con estas lógicas, capacitar, formar y enseñar a quienes la transitan: niños, jóvenes y adultos. Por eso lanzamos la Campaña Federal Escuelas Sin Discriminación. Mediante ella buscamos llegar a todas las escuelas del país para fortalecer al sistema educativo como un espacio prioritario para trabajar por sociedades más equitativas. La Campaña prevé la formación docente para abordar estas problemáticas desde la perspectiva de derechos. Para ello es indispensable que cada comunidad aborde las temáticas desde sus propias experiencias y de sus comunidades educativas y con sus propias necesidades, en el camino por construir espacios libres de discriminación, que se desarrollen en el respeto por la diversidad y la reproduzcan. 

En nuestro día a día acostumbramos a pasar muchas horas con nuestros dispositivos móviles y en redes sociales, especialmente las generaciones más jóvenes. ¿Qué rol tienen las redes sociales en la reproducción de la discriminación? ¿Pueden ser una herramienta para luchar contra ella?

Lo que pudimos observar en el estudio que realizamos junto con las Universidades fue que el 33% de las personas que usan las redes fueron víctimas en alguna ocasión de discriminación por ese medio. Es decir, uno de cada tres argentinos y argentinas atravesó un hecho de discriminación de algún tipo en el ámbito de las redes sociales. Pero las redes son una herramienta, que así como en muchas ocasiones sirven para viralizar las fake news, también deben ser un ámbito de aprendizaje, en donde la posibilidad de viralización también se utilizada en favor de las conductas positivas, que promuevan la igualdad. Las redes sociales han permitido que muchas personas que antes no tenían acceso a la información, hoy lleguen a ella.

Vctoria Donda

¿El INADI tiene vínculos con otras organizaciones fuera de la Argentina para ampliar el trabajo contra la discriminación? 

El INADI establece continuamente diversos vínculos con entidades y organismos internacionales, así como con sus pares en otros países del continente. Actualmente articulamos trabajos en conjunto con el Consejo para Prevenir la Discriminación en México, por ejemplo. Y formamos parte del Programa sobre VIH/SIDA para coordinar acciones conjuntas entre los distintos organismos especializados en el tema dentro de la ONU. Pero también formamos parte de grupos de trabajo como el organizado por Naciones Unidas, Cero Discriminación en 2030, donde se encuentran todas las agencias de la ONU que luchan contra la discriminación, como ONU Sida, OIT o el Alto Comisionado en Naciones Unidas para los Derechos Humanos.

A su vez, en mi persona, el INADI preside hasta noviembre de este año la RIODD, que es la Red Iberoamericana de Organismos y Organizaciones contra la Discriminación. Como representante del Instituto fui invitada a presidir el Foro sobre las Cuestiones de Minorías de la ONU, que se llevó adelante el año pasado en Ginebra, Suiza. A su vez, estuvimos presentes en la ciudad de Jerusalén, Israel, donde nos invitaron a participar de las actividades que comprenden la Reunión Internacional de Enviados y Coordinadores Especiales para Combatir el Antisemitismo.

A nivel del Mercosur dirigimos la Comisión Permanente de Discriminación, Racismo y Xenofobia y para el año entrante fuimos convocados para formar parte del Comité Organizador del Foro Mundial de Derechos Humanos.

¿Son similares las causas de discriminación a lo largo y ancho del continente o, por ejemplo, el racismo solo se observa en algunos países y no en otros?

Tenemos muchas causas en común, pero el grado en el que cada una se hace presente en los distintos países difiere. Sin embargo, en lo que respecta a la Argentina, solemos creer y escuchar con frecuencia que el racismo, por ejemplo, es un problema que solo atañe a algunos países en la región, pero que la Argentina está exenta de hechos racistas, y ese es un error. Lo que sucede es que en la Argentina la población afrodescendiente ha sido por siglos invisibilizada. Nuestro país es un país estructuralmente racista, creado sobre las bases de una idea de Nación blanca, europea, que derivó en una historia de invisibilización de las comunidades que no entraban en esos parámetros, entre ellas la afroargentina. 

En ese sentido, los últimos resultados electorales en países de la región, ¿creés que pueden representar algún cambio? 

Sin dudas. Los casos de Chile, y recientemente de Colombia, son causa y consecuencia de cambios estructurales en la región. Son gobiernos que vencieron en las urnas porque representan las demandas más profundas de sus respectivas sociedades y son la expresión del cansancio de la ciudadanía ante los gobiernos de derecha que durante décadas la han empobrecido y cercenado derechos.

El caso de Colombia es un caso particular y excepcional que marca un hito en la historia del país. Por un lado es la victoria por primera vez de una fuerza de izquierda, en esta ocasión encabezada por Gustavo Petro. Pero a eso se suma la presencia por primera vez de una mujer afrodescendiente en la vicepresidencia de Colombia. Eso no es un dato más. La llegada de Francia Márquez es la llegada de los sectores más postergados de su país: ella cristaliza en su persona una historia de exclusión, racismo, machismo y violencia que es la realidad de la mayoría del pueblo colombiano.

Francia Márquez es una lideresa que lleva consigo reclamos estructurales de un pueblo entero, de quienes nunca tuvieron derechos en Colombia ni creyeron que la política era para ellos. Viene de los sectores más olvidados de su país, donde el Estado siempre estuvo ausente, y logró quedar tercera a nivel país en cuanto a la cantidad de votos que obtuvo. Pero sabe que como en cada lugar que ocupamos estamos de paso y debemos hacer honor de ello representanto a las voces que nos llevaron a donde estamos. El propio nombre de su movimiento “Soy porque somos” grafica esa idea. Ella misma lo expresó días atrás en una entrevista: “La vicepresidencia es solo un medio, el fin es lograr la paz y la dignidad”. 

Vctoria Donda

Yendo hacia el plano más personal, ¿considerás que tu historia y vivencias personales te ayudan a ejercer el cargo en en que estás?

Seguramente. Porque no es lo mismo quién ocupe cada lugar en la gestión pública. Nuentras experioencias y vivencias siempre nos definen y nos dan herramientas para los futuros desafíos. Porque las instituciones están integradas por personas y la gestión siempre está marcada por quienes le ponen el cuerpo todos los días. En este caso yo tengo una historia que es la historia de muchas familias en nuestro país, pero también soy una militante social que camina los barrios. Vengo de los sectores populares, crecí en el conurbano y peleo por los derechos de los grupos vulnerabilizados. Y eso en gran medida me define, así como define que impronta intento dejar en los lugares que me toca ocupar. Y en este caso se ve por ejemplo en las políticas que llevamos adelante desdel el INADI y en que, por ejemplo, desde que ingresamos nosotros el Instituto imcrementó su visibilidad, se incrementaron por cuatro las denuncias que llegaron por hechos de discriminación.

En las últimas semanas viviste situaciones en las cuales se te criticó por asistir a ciertos lugares en la Ciudad de Buenos Aires, ¿cómo hacés frente a eso desde lo personal?, ¿por qué considerás que sucede?

Sin dudas es un ataque personal, pero no a mí persona únicamente, sino a lo que yo represento. Porque yo represento todo lo que más odian: mujer, morocha, militante social y política que no viene de las familias más ricas de la sociedad sino todo lo contrario; que se crió en el conurbano y siempre vivió una vida austera. Y, principalmente, que toda mi vida luché por la ampliación de derechos de los sectores más vulnerabilizados. Porque luchar por la ampliación de derechos implica también disputar el reparto de la riqueza, solo así se conquistan derechos. Los discursos en favor de los derechos humanos si no se acompañan de medidas que impliquen la disposición de recursos para que los derechos humanos se respeten, simplemente quedan en eso, en discursos. Es ese reparto el que les molesta, que les quita privilegios y ante lo que reaccionan. 

Con el correr del tiempo entendí que quienes te rechazan también te definen, y para mí es un orgullo que ciertos sectores me critiquen, porque significa que estoy en las antípodas de sus pensamientos. Y para mí eso es un orgullo. 

Te hemos escuchado en diversas situaciones reivindicar e incluso usar el lenguaje inclusivo. ¿Por qué genera tanto rechazo en algunas personas y cuál considerás que es su importancia?

El enfoque no debe ser lenguaje inclusivo sí o lenguaje inclusivo no. Porque la discusión es más profunda, no es simplemente el uso de una vocal u otra. Nuestro lenguaje es reflejo de nuestra cultura y es importante que evolucione a la par de los cambios sociales. Pero también produce y genera efectos en nuestra sociedad. Al utilizar el lenguaje inclusivo estamos contemplando a sectores de la sociedad que hasta el momento estaban invisibilizados. Porque lo que no se nombra no existe.

La lengua está viva, no es estanca. E intentar frenar su evolución es como tapar el sol con la mano, no tiene que ver con una resolución de un gobierno. Además, cualquier intento de hacerlo es discriminatorio, vulnera el derecho de expresión de quién lo utiliza como a la diversidad e identidad de género de a quienes se interpela con el lenguaje inclusivo.

¿Qué análisis hacés del último discurso de Cristina Kirchner?

Los últimos discursos de Cristina buscaron poner sobre la mesa los temas que nadie quiere tratar con claridad porque implican tocarle el bolsillo a los más poderosos. Esos temas implican discutir seriamente el reparto de la riqueza y los ingresos en la Argentina. Porque el problema principal en nuestro país no es la falta de recursos, sino la desigualdad: la mitad del país con menores ingresos se queda con el 20% del total de los ingresos, mientras que la otra mitad concentra el 80%. Ese debe ser el foco de nuestras reflexiones. 

Por eso la discusión de fondo no es la administración de los programas de asistencia social, sino la razón de por qué millones de personas en la Argentina deben recurrir a ellos para poder vivir.  Y pensar esto es repensar qué tipo de modelo productivo queremos incentivar. Durante cuatro años el macrismo nos llevó hacia una estructura concentrada, de especulación financiera, endeudamiento y fuga, que condujo a que se destruyeran nuestras industrias, aumentara la pobreza y el desempleo.

Discutir estos temas es discutir qué participación sostenemos que debe tener el Estado en el proceso de crecimiento, desempobrecimiento y mejora de la calidad de vida de la ciudadanía. Pero hay algo que tenemos muy en claro: para que el Estado pueda redistribuir, debe poder hacerse de esos recursos. Quienes más tienen deben cumplir con sus obligaciones y dejar en la Argentina, que tantas posibilidades les abrió, lo que corresponde para que pueda ser repartido. 
 

 

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