La región registró además una leve disminución en el porcentaje de personas que sufren hambre, que alcanzó al 11% de la población total, lo que equivale a 55 millones de habitantes.
En el año 2002 aumentó 0,9% el número de personas pobres, aunque al hacer una proyección de los últimos cinco años, se evidencia un estancamiento en la tasas de pobreza, que se han mantenido prácticamente estables desde 1997, agregó.
No obstante, en los dos años siguientes se volvió a producir un incremento y en 2002 el número de pobres se elevó a 220 millones, incluidos 95 millones de indigentes, que representan 18,8% de la población total.
En Argentina, la tasa de pobreza casi se duplicó entre 1999 y 2000, al pasar de 23,7% a 45,4%, y en Uruguay la pobreza pasó de 9,4% a 15,4%.
Según el economista colombiano, la tasa regional de pobreza pasaría de 43,4% de la población en 2002 a 43,9% en 2003, debido al estancamiento del producto por habitante.
En estas condiciones, según el informe de la Cepal, la mayoría de los países muestran "un avance insuficiente" hacia la meta de reducción a la mitad de la pobreza en 2015 planteada por las Naciones Unidas.
Pero a pesar del magro panorama, América Latina logró disminuir la cantidad de personas que padecen de hambre, según un capítulo especial anexado al informe de la Cepal que analiza la magnitud, características y posibilidad de erradicar el hambre en la región.
El leve avance se debe principalmente al incremento de la disponibilidad interna de alimentos por habitantes en la mayoría de los países, aunque se mantiene como principal factor la desigualdad en el acceso a los alimentos.
(EFE)