Tecnología > OBSOLESCENCIA PROGRAMADA

Expertos aseguran que un celular podría durar hasta 12 años si no se cortara su vida útil de forma intencionada

Cada dos años los usuarios tienden a cambiar sus móviles
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15 de noviembre de 2018 a las 12:54

La obsolescencia programada no solo afecta a los productos textiles o electrodomésticos, también afecta a los smartphones. Generalmente, estos se ralentizan y empiezan a dar fallos después de unos años de uso. Benito Muros, presidente de la Fundación Energía e Innovación Sostenible sin Obsolescencia Programada (Feniss) de España, fue categórico: “Absolutamente todos los fabricantes de móviles la practican en estos momentos. Cuando el móvil se ralentiza o ciertas apps no funcionan, el usuario ya empieza a pensar que es normal”.

Según datos proporcionados por Feniss al diario español El País, la vida útil de un teléfono móvil es de dos años. Luego de eso empieza a tener problemas.  No obstante, las reparaciones cuestan hasta un 40% del precio de un producto nuevo. “Si no existiera la obsolescencia programada, un teléfono móvil tendría una vida útil de 12 a 15 años”, agregó.

La Autoridad Garante de la Competencia y del Mercado de Italia (AGCM, por sus siglas en italiano) impuso hace dos semanas una multa de cinco millones de euros Samsung y otra de 10 millones Apple por obligar a sus clientes a realizar actualizaciones de software que ralentizaban los teléfonos móviles. Y acusaron a las compañías de llevar a cabo prácticas comerciales injustas, ya que reducir el funcionamiento de los mismos acelera el proceso de cambio.

Estas multas suponen “un comienzo para hablar de la obsolescencia programada”, dijo Enrique Martínez Pretel, miembro del Consejo General de Colegios de Ingeniería Informática de España y CEO de la empresa de peritos informáticos Evidentics. 

El Real decreto 110/2015 de España sobre los aparatos electrónicos obliga a las empresas a diseñar los aparatos de forma que duren lo máximo posible. A diferencia de países como Italia y Francia, que hay leyes que prohíben estas prácticas, en España no existe una ley que penalice la obsolescencia programada. En 2016, el Partido Socialista proponía en su programa electoral “prohibir y penalizar de forma estricta las prácticas de obsolescencia tecnológica forzada de los productos por parte de las empresas”.

“Francia ha sido el primer país europeo que ha introducido medidas para erradicar este tipo de prácticas que no pueden mantenerse porque requieren del uso de recursos naturales finitos, generan gran cantidad de desechos y un quebranto económico para el consumidor y tienen consecuencias negativas para la salud pública y el medio ambiente”, explicó entonces la portavoz socialista de Consumo, Begoña Tundidor.

El Ministerio para la Transición Ecológica explicó al diario que para el gobierno es primordial implementar acciones al respecto que se promuevan y apliquen en toda la Unión Europea. En el marco de la creación de un Plan de Acción para una economía circular en Europa, fuentes del Ministerio explicaron que “estaba previsto que en 2018 se evaluara a nivel comunitario la posibilidad de elaborar un programa independiente de ensayos sobre la obsolescencia programada”.

Algunas organizaciones como Feniss o Amigos de la Tierra intentan que los políticos tomen conciencia con respecto al vacío legal que existe sobre este tema. Amigos de la Tierra inició una campaña para pedir al Ministerio de Hacienda una reducción del IVA aplicado a los servicios de reparación y a los establecimientos de segunda mano y alquiler: del 21% actual al 10%. PAra Alodia Pérez, responsable de Recursos naturales y Residuos de Amigos de la Tierr, los móviles que antes duraban seis años, ahora solo duran uno o dos. Para Pérez, se trata “de una estrategia de mercado muy instaurada para poder seguir vendiendo”.

Con respecto a esto, el Ministerio de Transición Ecológica transmitió su preocupación ya que por esto aumenta tanto el volumen de los residuos como el incremento en el ritmo de la producción de estos. Por ejemplo, según la Oficina Internacional de Reciclaje, en 2025 se generarán 53,9 millones de toneladas de desechos procedentes de productos electrónicos.

“No podemos seguir consumiendo como lo hacemos porque en 20 años no existirán las materias primas y estaremos ahogados en nuestra propia basura”, concluyó Muros.

 

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