"En aquel momento teníamos todas las herramientas en nuestras manos. Podíamos eliminar rápidamente las aves domésticas contaminadas, discutir sobre la posibilidad de vacunar o no, poner en marcha centros de referencia, reforzar los servicios veterinarios", afirma.
"Primero pedimos 430 millones de dólares para efectuar una auténtica política de prevención. Ni siquiera tuvimos 30 millones de dólares en promesas. Después pedimos 1.200 millones de dólares y nos prometieron 1.900 millones. Hasta ahora la FAO ha recibido 16 millones", indica.
"Poner el acento en los animales antes que en los hombres hubiera permitido evitar las tentaciones de psicosis colectiva que vemos en los países desarrollados", dice.
Para luchar contra la enfermedad, el responsable de la FAO recomienda "reforzar los servicios veterinarios en los países más pobres, multiplicar el desarrollo de laboratorios de detección, trabajar en vacunas más simples de administrar y menos costosas, garantizar la vigilancia en los puntos húmedos y zonas de paso de aves migratorias".
(EFE)