Uruguay es el primer equipo en octavos fe final, junto a Rusia. Ganó sus dos partidos. Pero es verdad que la victoria 1-0 ante Arabia Saudita dejó un sabor extraño. Sobre todo en este segundo partido, en el que, ante un rival que aparecía muy débil, por momentos la pasó mal y nunca terminó de dominarlo.
Es cierto que en un mundial hay que ganar primero y corregir después. Y que ganar da espaldas para seguir trabajando. Ni que hablar que las espaldas de este equipo, y de su DT, son enormes.
Pero los cambios que Tabárez mandó en el segundo tiempo hablaron de ese mal sabor de boca que dejó el equipo, que el propio DT reconoció en la conferencia de prensa (ver página 7).
Lucas Torreira entró por Matías Vecino, repitiendo la impresión del debut ante Egipto: que el volante de Inter no está claro con pelota. Además, ante Arabia le agregó que perdió algunos duelos individuales y que le ganaron varias veces las espaldas, lo que explicó algunas de las jugadas de peligro del rival, que de todos modos fueron bien resueltas por la zaga (ver página 10).
El otro cambio fue Laxalt por Cebolla, que desbordó en un par de oportunidades pero perdió marcas varias veces. Y que además ratificó lo que el ritmo internacional complica al jugador de Peñarol, lo que es grave teniendo en cuenta que la exigencia aumentará de aquí en más.
Fue el tercer cambio en 180 minutos en ese sector, luego que el propio Cebolla ingresara por De Arrascaeta en el segundo tiempo del debut. Y por si fuera poco, en el cierre el tercer cambio también llegó en la línea media: Nández por Sánchez, al revés de lo que había ocurrido luego de Egipto, aunque en ese caso tuvo que ver el calor y el desgaste del partido y no el rendimiento del mediocampista de Pachuca, que fue correcto.
¿A qué se juega?
Hay síntomas de que Tabárez sigue sin encontrarle la vuelta a la mitad de la cancha. Y sobre todo, que la apuesta de Uruguay no termina de quedar clara: no es el juego de espera de antes, pero tampoco es de propuesta. Es un híbrido, que tiene un poco de marca, un poco de retorno en bloque, un poco de esperar al rival, un poco de presión y salida rápida, un poco de desborde... pero nada en la cantidad suficiente para hacer construir una identidad.
Pero además, este equipo tiene cosas que difícilmente se le veían al "viejo Uruguay" de Tabárez: pelotas perdidas en la mitad de la cancha, más balones a las espaldas de los volantes y más jugadas en las que la defensa retrocede mal parada.
Lo dijo, en palabras muchísimo más claras, Diego Forlán en canal 12 el pasado viernes: "Uno se pone en lugar del jugador y no es culpa de ellos, es culpa del sistema. Nosotros queremos jugar a una cosa y estamos medio medio. "No sabemos jugar en triángulos hacia arriba, en tener supremacía arriba. No tenemos salida de los laterales"
Bentancur es el que mantiene la estantería. Con marca pero sobre todo claridad en el pase, ha monopolizado las salidas con el pie. Pero no ha encontrado socios, y por eso también Suárez y Cavani han quedado lejos del juego.
Muy solos arriba
Es cierto que los dos delanteros no están teniendo un buen torneo. Pero era mucho más achacable lo del debut ante Egipto, donde tuvieron las chances y las desperdiciaron. Esta vez, casi nunca les llegó la pelota "redonda", a pesar de esta nueva filosofía ofensiva. Entonces quedan condenados al uno a uno, pero como ya no se juega tanto al contragolpe, ahora ese duelo es sin espacios.
Lo dijo Tabárez: "No insistimos con lo que daba resultado, el pase largo. Esto de la posesión parece que se transformó en algo santificado, cuando se hace posesiones intrascendentes hay que buscar otro método, sobre todo con los puntas que tenemos".
El peligro que llevó Uruguay en la primera etapa fue con un método claro: pases filtrados al fondo y desborde de los laterales o los volantes a la espalda de la defensa árabe. Pero el equipo no insistió por allí, y más bien se fue metiendo en el mismo embudo del partido contra Egipto, pero aún con más pelotas perdidas
Lo bueno es que hay tiempo para corregir. Y que los años de trabajo colectivo de este equipo permiten recurrir a muchas herramientas, en el momento en que se necesite. Sobre todo, con la tranquilidad de estar clasificado.
Las cifras de los volantes
Rodrigo Bentancur: 89%
Acierto en pases.
80 acertados
9 errados
Matías Vecino: 84%
acierto en pases
53 acertados
10 errados
Carlos Sánchez: 70%
acierto en pases
16 acertados
7 errados
Cebolla Rodríguez: 55%
aciertos en pases
11 acertados
9 errados
Lucas Torreira: 89%
aciertos en pases
17 acertados
2 errados
Diego Laxalt: 71%
aciertos en pases
10 acertados
4 errados