Tenía conocimiento de que en la década de 1990 se había dado algo de eso. Una vez en un informe vi que tenía gran porcentaje de puntos y también de clásicos ganados. (NdeR: Informe que publicó El Observador en su edición del 22 de enero de 2001)
En esta década superó a 244 entrenadores.
Para mí no deja de ser algo muy importante. En la carrera de un entrenador hay cosas que lo hacen poner bien y esta es una de ellas, más allá de las circunstancias que me tocó vivir. Quiere decir que el trabajo fue satisfactorio.
Los datos de su campaña dicen que jamás perdió dos partidos seguidos.
Es verdad, perdimos dos partidos con Danubio pero nos recuperamos. Les ganamos a los dos grandes y con Peñarol en 2002 ganamos el torneo Clasificatorio y por un punto no fuimos a la final del Uruguayo.
Otro dato que rompe con algunos mitos es que sus equipos alcanzaron un promedio de 2,28 goles por partido jugado.
Mis equipos siempre fueron ofensivos, lo que pasa que me etiquetaron con la pelota quieta y el pelotazo. Y no voy a estar contestando a los que opinan o a los que no les gustaba nuestra forma de jugar. Mis equipos siempre atacaron. Por los laterales, por las bandas; lógico que aprovechamos la pelota quieta y lo sigo haciendo porque en el fútbol de hoy es importante.
¿Por qué se lo castigaba entonces?
Porque te ponen el rótulo del pelotazo. Está bien, cada uno tiene su forma de ver el fútbol. Tengo que decir que conté con buenos planteles, con buenos goleadores y que mis equipos siempre fueron al frente. Ahora la estadística me está dando la razón.
Usted sacó mucho provecho de los jugadores extranjeros que recomendó.
Todo está relacionado con las características; por ponerte un caso: Silvio Mendes. No solo tenía buena información y había visto muchos videos, sino que se lo fue a ver a San Pablo para corroborar si era el nueve que necesitábamos. Fue Guillermo Sanguinetti que era mi ayudante de campo. A Delorte lo conocía de Olimpo. Era un jugador que dejaba muchas opciones de gol.
¿En qué va eso de que un jugador del exterior que usted recomienda no le falle?
A veces le podés errar porque de pronto no se adapta por alguna circunstancia. Uno trata de ver las opciones dentro de lo que se necesita en el plantel. Otro que brindó gran resultado fue (Daniel “Miliki”) Jiménez.
Por su estilo de juego, ¿le costó meterse en el mundo Danubio?
No me costó para nada. Fui aceptado perfectamente. Terminamos terceros, les ganamos a los dos grandes, uno de atrás con tres goles de Perrone. Fue una linda experiencia Danubio. Me adapté perfectamente. Tenía al Pato Sosa, Jadson Viera, Bolita Lima, Pouso, Nacho que recién empezaba, Juan Manuel Olivera, Salgueiro que hacía sus primeras armas, Perrone, Bruno Silva, Grossmüller que entraba en el segundo tiempo. Una banda bárbara. Linda experiencia.
(Observa)
