Su fósil se halló incrustado en una roca, en lo que hoy es Mongolia, y vivió durante la etapa Campaniense del Cretácico –hace entre unos 71 y 75 millones de años–. El nuevo espécimen, según relatan en la revista Natureinvestigadores del Museo Giovanni Capellini (Italia), tiene características extrañas que comparten con grupos de reptiles y aves acuáticas o semiacuáticas. Llegaron a esta conclusión al escanear los restos mediante radiación sincrotrón de alta resolución.
Los investigadores interpretan sus características como las de una nueva especie de terópodo anfibio que caminaba sobre dos patas en tierra, con adaptaciones similares a los patos. Usaba sus extremidades anteriores como aletas para maniobrar en el agua, como los pingüinos, y su cuello largo le servía para la búsqueda de alimento y la emboscada de presas.
Lo han agrupado con otros dos especímenes hasta ahora enigmáticos y fragmentarios, para crear una nueva subfamilia de dinosaurios: los Halszkaraptorinae.
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