Alan Ruschel, uno de los tres futbolistas que sobrevivieron a la tragedia ocurrida con un avión que rentó Chapecoense para disputar la final de la Copa Sudamericana 2016 contra Atlético Nacional de Medellín y en la que murieron 71 personas, y que fue el único de ellos en poder volver a jugar, mantuvo un conflicto judicial con el club que este viernes emitió un comunicado expresando que el jugador "se benefició con la tragedia".
El año pasado, el jugador demandó al equipo de Santa Catarina por 3.381.105,40 reales (unos US$ 655.000), monto que se refiere al daño moral por el accidente aéreo sufrido.
El futbolista, quien estuvo a préstamo en América Mineiro, ahora cobró esa deuda.
Debido a ello, el club emitió un duro comunicado en el que expresa, entre otras cosas, que "el accidente le dio notoriedad al reclamante y aprovechó sus ganancias” y que fue "beneficioso para él".
En el comunicado, el club brasileño expresa que "hay que señalar que el reclamante no fue víctima de un accidente, al contrario, fue un sobreviviente, bendecido por la fuerza divina y, entre los directamente vinculados al fútbol, el único que continúa desarrollando actividades de manera idéntica al período anterior", escribió el club.
Además, agrega que "efectivamente, el accidente le dio notoriedad al reclamante y aprovechó sus ganancias. Con solo revisar el historial en su ficha de trabajo, su imagen aumentó y ganó notoriedad mundial".
Luego del comunicado de Chapecoense, el futbolista se expresó en sus redes sociales.
"Tuve una hermosa historia de vida y logros, que nunca se borrará, pero lamentablemente el club no cumplió con sus acuerdos y tuve que cobrar de una manera no deseada, que es en la Justicia. Pero no estoy cobrando nada más que lo que es mi derecho como trabajador y ser humano".
A su vez, añadió: "He tenido acceso a la defensa del club, y afirman que no soy víctima del accidente, sino sobreviviente. Dicen que la tragedia me ha beneficiado. Están siendo frívolos y no están preparados para manejar un asunto tan importante. Mi vida necesitaba continuar, pero eso no quita responsabilidad al club. Solo yo sé los traumas que llevo conmigo, el esfuerzo, la lucha por volver a jugar. Hoy tengo ocho tornillos en la espalda, no quiero victimizarme, solo dejar clara esta situación. Afirmar que mi vida siguió con normalidad es absurdo, no solo para mí, sino también para las familias de las víctimas del accidente".
Inicio de sesión
¿Todavía no tenés cuenta? Registrate ahora.
Para continuar con tu compra,
es necesario loguearse.
o iniciá sesión con tu cuenta de:
Disfrutá El Observador. Accedé a noticias desde cualquier dispositivo y recibí titulares por e-mail según los intereses que elijas.
Crear Cuenta
¿Ya tenés una cuenta? Iniciá sesión.
Gracias por registrarte.
Nombre
Contenido exclusivo de
Sé parte, pasá de informarte a formar tu opinión.
Si ya sos suscriptor Member, iniciá sesión acá