El Instituto de Inteligencia y Operaciones Especiales de Israel – conocido como Mossad – reveló detalles inéditos respecto a los ataques terroristas que se perpetraron contra la embajada de Israel en Argentina en 1992 y la Asociación Mutual Israelita Argentina (AMIA) en 1994.
Según las conclusiones del reporte, publicado en The New York Times, los ataques fueron realizados por una unidad secreta de Hezbolá cuyos agentes no fueron instigados a sabiendas por ciudadanos argentinos ni asistidos por Irán en el territorio.
El informe también detalla cómo se planearon los atentados. Por ejemplo, relata que los explosivos se introdujeron de contrabando en la Argentina en botellas de champú y cajas de chocolate y que todo se realizó a través de vuelos comerciales.
Si bien el Mossad enfatiza que la inteligencia israelí aún cree que Irán, un partidario de Hezbolá, aprobó y financió los ataques y proporcionó capacitación y equipo, los hallazgos contradicen las afirmaciones de que Teherán tuvo un papel operativo en el terreno. También contradijeron las sospechas en Argentina de que los funcionarios locales y los ciudadanos habían sido cómplices.
El informe del Mossad cita las pesquisas del fiscal Alberto Nisman – fallecido en 2015 -, que indicaban que Teherán aprobó los dos ataques. De hecho, en 2007, por pedido del fallecido fiscal, Interpol emitió alertas rojas contra altos funcionarios iraníes, incluido Ahmad Vahidi, quien actualmente es ministro del Interior de Irán.
Argentina, Israel y Estados Unidos llevan mucho tiempo acusando a funcionarios de la Embajada de Irán en Buenos Aires de haber colaborado en los atentados con ayuda material y organizativa. Teherán ha negado repetidamente las acusaciones. Sin embargo, la investigación del Mossad determinó que Irán no participó en la perpetración de los ataques ni en dar asistencia a los agentes.
Según el informe, los atentados fueron llevados a cabo por Hezbolá en venganza por las operaciones israelíes contra la milicia chiíta en el Líbano. Además, sostuvo que Hezbollah había utilizado infraestructura secreta construida durante años en Buenos Aires y otros lugares de América del Sur para planear ataques.
Otro de los datos que se extrajeron de la investigación es que los atacantes no fueron llevados ante la justicia o asesinados en múltiples ataques de Israel contra Hezbolá a lo largo de los años sino que viven en el Líbano.
En esa línea, se emitieron “notificaciones rojas” de Interpol contra dos personas acusadas de ser atacantes, ambas identificadas en la investigación del Mossad como agentes libaneses de Hezbolá. Estados Unidos busca a una tercera persona.
El comandante de operaciones de Hezbollah, Imad Mughniyeh, quien fue mencionado por la investigación del Mossad como el jefe de la unidad que llevó a cabo los ataques, murió en una operación conjunta israelí y estadounidense en 2008.
Las conclusiones del Mossad se basan en información de los agentes, del interrogatorio de los sospechosos y de la vigilancia y las escuchas telefónicas. Los hallazgos de los informes internos se confirmaron en entrevistas este mes con cinco altos funcionarios actuales y anteriores del Mossad.
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