El lugar elegido fue La Barra (Maldonado), 490 hectáreas entre campos, sierras y mar donde el premiado arquitecto paulista Isay Weinfeld proyectó 20 bungalós. Desde el pasado 20 de diciembre, la propuesta se complementa con Locanda (hostería o posada en italiano), un flamante hotel con 10 suites, estar con biblioteca, bar, solárium y piscina, centralizados en un impactante edificio desarrollado por las arquitectas Carolina Proto, Fernanda Schuch y Juliana Bassani, del estudio Obra Prima.
Desafiar la gravedad
El cubo que conforma la segunda planta es el más grande de los tres, diferencia de tamaño que genera otra de las características más extraordinarias de la obra: un vuelo de 13 metros que parece desafiar la ley de gravedad y funciona como alero de la entrada principal al hotel. En ese sentido, el trabajo de ingeniería resolvió el desafío mediante el uso de vigas postensadas, un sistema de tensores que atraviesan todo el edificio a lo largo de sus 50 metros, forzándolo hacia adentro y evitando así el movimiento hacia abajo de los extremos que están suspendidos en el aire.
Confortable contemplación
El edificio ofrece nuevas áreas recreativas, como una sala de estar con biblioteca, bar, solárium y una piscina implantada en un inigualable escenario de rocas naturales. El diseño interior combina con equilibrio estéticas actuales con vintage, materiales rústicos y fibras naturales, con lujosas terminaciones. De esta forma, comulgan pavimentos de baldosas calcáreas con revestimientos de roca del lugar, mármol de Carrara y acero corten, antigüedades, diseño nórdico, clásico y contemporáneo. Todo, con detalles de máxima calidad para estimular una confortable contemplación de sus vistas panorámicas.
Las suites
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