"Me sentí desconcertado aunque ya lo esperaba y también me sentí algo avergonzado (...) porque fue el resultado de los esfuerzos conjuntos de más de un millar de científicos e ingenieros sin los cuales no lograríamos nada (...) y ese premio debía entregarse a todos y no a solo tres personas", dijo Thorne en una entrevista concedida a la agencia Sputnik.
Físico teórico, Thorne comentó que fue una tarea "extraordinariamente difícil" detectar y observar las ondas gravitacionales por ser casi imperceptibles, y que para conseguirlo se utilizaron unos espejos especiales.
"Se necesitó tomar en consideración un sinnúmero de factores, como el movimiento de la Tierra, la vibración de las superficies de los espejos, la heterogeneidad de la luz y las oscilaciones de los cables que sujetaban los espejos", relató.
"Además, se necesitó construir un complicado instrumento para controlar los posibles fallos, su diseño, su construcción y su afinado llevaron mucho tiempo: 40 años", reveló.Las ondas gravitacionales, continuó el científico, serán un instrumento "para estudiar el origen del Universo, su repentina expansión, el surgimiento del campo eléctrico (de la Tierra), etcétera".
"No puedo predecir más pero, sin duda, será algo fascinante", resumió el Premio Nobel de Física 2017.