María Bersabé Ponce tiene 86 años, vive en El Salvador y, luego de construir su propia casa con
botellas de plástico, se convirtió en "símbolo del reciclaje".
Pero en el origen su iniciativa tuvo poco que ver con la ecología y mucho más con la necesidad. Luego de un terremoto de 7.6 grados que afectó a la zona en que vive en 2001 y la dejó sin hogar, María se enfrentó a la necesidad de reconstruir un hogar sin cojntar con recursos. Por eso recurrió a botellas y tapas de plástico. Finalmente lo consiguió en 2005.
La pequeña vivienda tiene 50 metros cuadrados. Para recolectar los materiales la mujer buscó residuos durante meses. Así comenzó a a juntar los envases que luego perforaba y ensartaba en varas de madera para levantar lo que llama su "casita encantada", que se mantiene en pie hasta el día de hoy.
El lugar se ha convertido en un pequeño atractivo turístico y los visitantes suelen dejarle algo de dinero cuando se acercan a conocerla.
La casa está ubicada en la comunidad El Borbollón, a unos 140 kilómetros de la ciudad de San Salvador. No tiene muebles ni electricidad.