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¿Qué se hace en la búsqueda urgente de un medicamento contra el coronavirus?
Pasaron tres meses y medio de que la palabra coronavirus empezó a aparecer en las noticias. En aquel momento, a fines de diciembre, parecía tan lejano que desde Uruguay se miraba como algo que no llegaría a esta parte del planeta. De a poco el virus fue atravesando fronteras, llegó a Europa, más tarde a América, y desde hace un mes y tres días esa palabra que era tan lejana pasó a formar parte del vocabulario de todos los días.
Y después del aislamiento, las medidas de seguridad, qué hacer y qué no, qué contagia y qué no, y un sinfín de preguntas y respuestas, permanece la gran interrogante: ¿y la cura?
Por el momento no existe, aunque científicos del mundo entero están en una carrera contrarreloj por encontrar un fármaco que pueda prevenir o curar esta enfermedad.
Una de las últimas novedades apareció en el diario Folha de Sao Paulo, que informó que en el hospital Sirio Libanés de Sao Paulo se está experimentando con anticoagulantes para comprobar su efecto en personas infectadas. ¿Por qué? El objetivo es comprobar si el detener la gran coagulación que provoca la hiperinflamación a causa del virus puede ayudar en su tratamiento.
Las pruebas en el hospital, relata Folha, consisten en aumentar gradualmente las dosis de anticoagulantes en pacientes hospitalizados con coronavirus severo y con oxigenación problemática en la sangre. La docente y neumóloga del hospital, Elnara Negri, señaló que la técnica parece prometedora, aunque es importante tener cautela ante las expectativas porque el procedimiento todavía está en fase de observación.
Hasta la publicación del artículo, días atrás, se había probado esta técnica en 30 pacientes, de los cuales 25 no tuvieron que ser intubados. Los otros cinco comenzaron a ser tratados cuando ya estaban en cuidados intensivos y allí permanecían durante el tratamiento.
Si bien el procedimiento se indica como sugerencia en el hospital, la doctora aclaró dos puntos importantes. Uno, aún no está probada su eficacia. Y dos, no se debe tomar sin prescripción médica. Los anticoagulantes, especialmente, se prescriben dependiendo del historial de cada paciente, porque entre otras cosas pueden causar sangrados.
Negri indicó que lo importante para el uso de anticoagulantes es "encontrar el momento adecuado" para comenzar a administrarlo. Por su parte, el especialista Emilio Ribas señaló a Folha que el uso en pacientes con covid 19 se ha realizado ya en otros países y que está comenzando a surgir una investigación más profunda sobre los trastornos de coagulación y el tratamiento con anticoagulantes en personas infectadas.
Sin embargo esto es solo un comienzo y lejos se está de considerar la administración de anticoagulantes como una solución. Por el momento es solo uno de los experimentos que se prueba para definir su eficacia en medio de la pandemia.
Y mientras, los profesionales de la salud del mundo entero intentan salvar la mayor cantidad de vidas que sea posible –incluso la propia- a la vez que se prueban las distintas alternativas que buscan una solución por ahora no visible a corto plazo.
Un argentino y una esperanza
Sobre la tarde de este miércoles una noticia llegó desde Israel y encendió una pequeña esperanza. El científico argentino Jorge Diener está detrás de un experimento que ya se está probando en pacientes leves o moderados con una droga que hasta el momento se utilizaba en Japón para tratar la pancreatitits: el camostat mesylate.
Según informó Clarín, las pruebas en pacientes con coronavirus comenzaron el lunes después de que el Comité de Helsinki, responsable de experimentos médicos en humanos, diera su aprobación.
El médico argentino aseguró que se trata de diez pacientes que están estables, que ninguno tuvo evolución negativa y que la conclusión preliminar llegará en una semana o diez días. "A cada paciente que entra al hospital según el criterio preestablecido se le está dando esta droga", indicó. De todas formas, aclaró que aún es temprano para poder sacar conclusiones, ya que se aguarda la evolución de estas personas.
Se trata de pacientes de entre 40 y 80 años, con un cuadro leve a moderado de coronavirus, que deben tomar tres pastillas por día durante cinco días.
"Es un virus que va a estar con nosotros un buen tiempo, no se irá en tres o cuatro semanas. Y si este tratamiento se confirma como positivo va a ser muy importante para la cura de otras infecciones virales que aparezcan como esta en el futuro", informó Diener a El Destape radio.
El médico explicó que la droga utilizada "puede conseguir que el virus no ataque las células sanas del cuerpo y frene la evolución de la enfermedad en un paciente infectado antes de que pase de ser un enfermo moderado a un enfermo grave", y que, de acuerdo a su hipótesis, la droga "frena al virus antes de que llegue a atacar a los pulmones".
Y esto es lo que considera más innovador, porque de acuerdo a lo que prevé, este fármaco puede utilizarse para atender los primeros síntomas, y no cuando ya el paciente está en un grado avanzado de la enfermedad.
"Uno de los desafíos del mundo es encontrar la vacuna, pero sabemos que nos va a servir dentro de un año. Mientras tanto tenemos los pacientes que se van acumulando, porque la pandemia va avanzando y tenemos que encontrar una solución ahora. Ante ese panorama, sabemos que hay una droga que existe en el mercado para otra enfermedad y está probado que no causa daño irreversibles y sus efectos secundarios son muy livianos, como un poco de pérdida del cabello y malestar estomacal que dura mientras se toma la droga. Por eso, el Comité de Ética aprobó que se haga directamente en pacientes y no sea un experimento en el laboratorio", indicó Diener según Clarín.
¿Y los antivirales?
Más allá de las distintas pruebas y búsquedas permanentes, para los médicos aún todo es incógnita. Así lo planteó en El País de Madrid el jefe del departamento de Enfermedades Infecciosas del Hospital Universitario Virgen de la Macarena, Jesús Rodríguez Baño. Si bien se administran y se prueban fármacos que en otro tipo de infecciones han funcionado, no hay evidencia todavía de que lo hagan con el nuevo coronavirus.
“Hay muchas dudas. Cada vez tenemos más claro que los antivirales podrían ser útiles en las fases iniciales. No sabemos cuál es eficaz, pero probablemente lo sean poco en fases avanzadas cuando predomina una respuesta inflamatoria exagerada del huésped. En ese momento, en pacientes bien seleccionados, parecen ser más necesarios fármacos inmunosupresores, pero aún no tenemos evidencias clínicas sólidas”, advirtió.
El gran, grandísimo problema, es la capacidad que tiene este virus de transmitirse sin que las personas en algunos casos siquiera noten que están enfermas. Por eso desde la comunidad médica y científica también se intenta entender su funcionamiento antes de tomar decisiones sobre la administración de fármacos.
