El ritmo de la cotidianeidad conlleva a que la mayor parte de la población adulta viva en un estado de "supervivencia constante". El problema se encuentra cuando el niño se comporta mal y los padres no saben cómo manejar la situación y no hacen más que transmitir mensajes equívocos.
Según indicó El País de Madrid, los gritos, los sermones y los chantajes tienen consecuencias negativas en el desarrollo cerebral del niño.
Daniel Siegel, experto en neurociencia, dijo a El País de Madrid que "un cerebro integrado da lugar a una mejor toma de decisiones, un mayor control del cuerpo y las emociones, una comprensión de uno mismo más plena, unas relaciones más sólidas y un buen rendimiento escolar. Y todo empieza por las experiencias proporcionadas por los padres."
Para tener el cerebro integrado hay que lograr mantener los dos hemisferios cerebrales en equilibrio. De esta manera se genera el autocrontrol, dice el especialista. Los adultos deben ser capaces de superar los momentos de caos, para volver a integrar el cerebro. También, es importante enseñarle a los niños a hacerlo.
En esta misma línea, el experto explicó que están las neuronas espejo, que refiere a que los pequeños suelen copiar el estado emocional de manera inconsciente al que tienen adelante. Esto puede derivar con que los padres pierdan el control cuando el hijo tiene una rabieta.
Esto significa que es necesario que los progenitores mantengan la calma en la educación de los hijos.
Por otra parte, es importante aprender a controlar el estrés por la salud de los padres mismo. Para ello, puede ser de ayuda encontrar momentos para salir a pasear, hacer ejercicios o alguna actividad de ocio. Además de ser padres, son personas que necesitan un descanso y eso los hará sentir mejor.
Ser conscientes de que se está por perder el control y es necesario encontrar la calma para que el cerebro funcione mejor
No tomarse el conflicto como algo personal
No transmitirle a los más pequeños que hay que solucionar el problema de forma inmediata
Siempre hay que pensar en positivo y valorar la situación como una oportunidad de aprendizaje
No preocuparse por las cosas sin importancia
Dormir una cantidad de horas suficientes
Tener honestidad emocional para expresar los sentimientos
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