El pasado miércoles 6 de setiembre ocurrió la mayor erupción solar en más de 12 años y la octava más grande desde que comenzaron los registros modernos en el año 1996.
La enorme explosión de radiación no fue dañina para los seres humanos, en primer lugar, gracias a la distancia de la Tierra con respecto al Sol, y en segundo lugar por la atmósfera protectora de nuestro planeta.
Un equipo de investigación de la Universidad de Sheffield y la Universidad de Queen's en Belfast capturó con gran detalle la llamarada con un telescopio solar de un metro operado en la isla de La Palma por el Instituto de Física Solar de la Universidad de Estocolmo.
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