La miopía infantil, en parte, está relacionada con el incremento del uso de aparatos electrónicos. No es la utilización de la tecnología en sí, sino el exceso de visión corta. Es decir, este problema ya sucedía antes de que existieran teléfonos inteligentes, según informó La Nación.
Fernando Guiñazú Lemos, miembro de la Subcomisión de Refracción y Contactología Médica del Consejo Argentino de Oftalmología, citó un estudio del oftalmólogo Albrecht von Gräfe de 1883 para explicar que cuando no existían las pantallas, los que se veían más afectados eran los estudiantes avanzados (32.4%) y los mercaderes (15.8%). Por el contrario, solo el 5.2% de los artesanos y el 2,5% de los granjeros tenían dicha dificultad.
Hoy, las investigaciones siguen indicando que mirar de cerca es una de las causas de la miopía. Según el experto, "algunos han demostrado que los niños que realizan trabajos a corta distancia (teléfonos móviles, consolas, computadoras) presentan una mayor prevalencia de miopía aunque en otros trabajos esto no se ha demostrado".
Esta realidad es más común en los infantes porque están más expuestos a estar horas en la visión cercana. Concurren un horario extenso al colegio, y luego en el hogar utilizan teléfonos y pantallas.
Guiñazú Lemos sostuvo que una buena manera de prevenir este problema es que los niños pasen más tiempo al aire libre con luz solar. Lo ideal, es que gasten al menos dos horas diarias en este tipo de actividades y no más de 30 horas por semana de pantallas.
Por su parte, Carolina Jose -jefe de Oftalmología Infantil en el Hospital Universitario Austral- explicó a La Nación que la miopía, además de estar asociada a factores hereditarios, se ve influenciada por causas ambientales.
Por un lado, si ambos padres son miopes, hay un 60% de posibilidad de que el niño también lo desarrolle. Por otro, la menor exposición de los niños al aire libre puede despertar esta dificultad. Es decir, contribuye tanto "el tiempo de exposición a la luz natural en edad de crecimiento, así como el uso abusivo de dispositivos móviles con pantallas pequeñas".
A su vez, estar en penumbras disminuye la producción de dopamina, que es un neurotransmisor que produce las células de la retina. "Eso ocasiona una debilidad escleral (el esqueleto del ojo), provocando que este órgano crezca más de lo normal y se vuelva miope".
Guiñazú Lemos dijo que algunos estudios demuestran que la progresión de la miopía es un 60% menor en verano que en invierno, lo que puede asociarse a la exposición al aire libre.
Si bien no existe la forma de revertir la miopía, cuando no se trata de un problema genético, se puede prevenir su progresión con condiciones naturales.
Para ello, se dan las siguientes recomendaciones a los padres:
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