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La retórica presidencialista frente al realismo comercial

La llegada de Donald Trump aportó más incertidumbre al contexto internacional
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18 de agosto de 2017 a las 05:00

Por Ignacio Bartesaghi
Especial para El Observador

La asunción de Donald Trump como presidente de Estados Unidos ha sido uno de los hechos políticos de mayor significación en los últimos años. La llegada al poder del empresario norteamericano, terminó aportando aún más incertidumbre a un contexto internacional ya golpeado por la crisis en la Unión Europea y un progresivo aumento de las tensiones en Asia Pacífico.

Sus propuestas de campaña estuvieron cargadas de extremismos, entre las cuales se destaca su posición respecto al medio ambiente, la política migratoria, la construcción del muro en la frontera con México, el proteccionismo comercial y los cuestionamientos a los tratados de libre comercio.

Como es sabido, parte de sus propuestas se enfrentaron con la oposición de su propio partido de gobierno, el Congreso, las empresas locales, la prensa y la comunidad internacional. En los hechos, algunas de sus principales promesas de campaña siguen afrontando restricciones para ser implementadas, mientras que otras siguieron el curso prometido.

En cuanto a la política comercial, en los primeros meses de gobierno, la nueva administración tomó decisiones que podrían tener impactos de largo plazo en la política exterior del país. Ejemplo de ello es el retiro del Acuerdo Transpacífico (TPP), la renegociación del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (Nafta) o el menor impulso otorgado a las negociaciones del Acuerdo Transatlántico con la Unión Europea (TTIP).

Si bien se trata de decisiones de importancia y en algunos casos con implicancias geopolíticas, debe reconocerse que se está frente a posiciones que se venían debatiendo más allá de Trump.

En los hechos, los adversarios del actual presidente también mostraron reparos con el TPP, desde tiempo atrás se viene conversando sobre la necesidad de renegociar el Nafta, y son notorias las dificultades que se atravesaban en la negociación del TTIP.

Esta misma semana se lleva adelante la primera ronda de renegociación del Nafta, la que de acuerdo a los primeros documentos de negociación presentados por la Oficina del Representante de Comercio de los Estados Unidos, adelantan el interés de incorporar al nuevo acuerdo las mismas disciplinas negociadas en el cuestionado TPP. Este hecho demuestra que el país seguirá una misma lógica de negociación pero con un formato bilateral.

La nueva administración sigue adelante con su discurso proteccionista, el que busca defender en todos los ámbitos multilaterales como ocurrió en la última reunión del G20. Ahora, también aquí la retórica enfrenta realidades incontrastables que inviabilizan gran parte de sus propuestas. En los hechos, Trump arremete contra China proponiendo subas de los aranceles que violarían los máximos ya comprometidos por dicho país en la Organización Mundial del Comercio. Por otro lado, la potencia asiática, México y Canadá son sus tres principales socios comerciales, desde donde importó US$ 482.000 millones, US$ 297.000 millones y US$ 283.000 millones respectivamente en 2016, lo que suma un monto superior a todas las importaciones de América Latina y el Caribe computadas en su conjunto.

A su vez, debe tenerse en cuenta que una porción muy significativa de dichas importaciones corresponden a bienes intermedios o insumos industriales, los que son incorporados a los procesos productivos de la industria local y son un pilar clave de la competitividad. Como resultado, las medidas propuestas terminarán afectando a las propias empresas norteamericanas, ya no solo las instaladas en dichas economías, sino también a las locales, pero especialmente perjudicarán al consumidor estadounidense.

Ya cumplidos los primeros meses del gobierno de Trump, las importaciones desde los principales socios comerciales de Estados Unidos siguen mostrando un incremento, caso de las provenientes de China, que registraron un crecimiento del 8% en el primer semestre de 2017 con respecto al mismo del año anterior, las de México con un registro del 7% y las de Canadá computando un 33%. El aumento de las importaciones desde Estados Unidos no es un fenómeno registrado solo por sus principales socios comerciales, ya que un pequeño país como Uruguay, también registró un crecimiento de sus corrientes de exportación hacia Estados Unidos del 11% en el mismo período.

En definitiva, independientemente de que es altamente probable que los discursos proteccionistas se mantengan en los próximos meses, especialmente durante el proceso de renegociación del Nafta, parece ser que el realismo comercial seguirá imponiéndose a la retórica presidencialista. l

Director del Departamento de Negocios Internacionales e Integración de la Universidad Católica del Uruguay. Doctor en Relaciones Internacionales e Integrante del Sistema Nacional de Investigadores. Twitter: @i_bartesaghi.

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