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La ultima generación

Para la generación Z la moda es el reflejo de un estado de ánimo y un estilo de vida
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02 de junio de 2023 a las 13:00

A la hora de clasificar una generación, se establecen una serie de fundamentos sociológicos basados en cambios de los comportamientos sociales, políticos, económicos y tecnológicos. 

Estos cambios se traducen muy visiblemente en el mundo de la moda y el consumo en general.

Para ubicarlos en un orden cronológicos, los nacidos a finales de los 90 y principios del 2000 son quienes hoy conforman la generación Z, o de Cristal, o mayormente conocidos como “Los centenniales”. Bye, Bye MILLENIALS.

Esta generación ya se encuentra en el mercado laboral. Muy focalizados en la industria tecnológica y el entretenimiento. Con hábitos y sentido de pertenencia totalmente distintos a lo tradicional. No aceptan horarios, prefieren el home office, tienen una alta rotatividad, en general renuncian cuando llega las vacaciones y por sobre todo no ahorran.

Los centennials no es una etiqueta caprichosa de marketing para segmentar públicos, consumidores y audiencias, sino es la expresión de una nueva corriente.

Para los Z la moda es el reflejo de un estado de ánimo y un estilo de vida. Buscan prendas de estilo rebelde y disruptivo. No quieren marcas. Eligen looks que no representen un exceso de producción e inversión (pero en el fondo son todo lo contrario). El hecho de percibirse autodidactas, y que el saber y las tendencias están al alcance de un clic, hace que tomen y mezclen prendas y estampados de distintas épocas (en especial de los 90) sin importarles la mirada ajena. Lo cool lo crea uno. 

¿Por qué se dice que esta es la generación perdida de vagos y narcisistas? La razón es porque los miembros de esta generación nacieron con internet como su oráculo. O sea, me conecto y soy. Aprendo y puedo solo... ¡ponele! ¡Y sino puedo conectarme que me padezcan los que me rodean!

El uso de la tecnología es permanente y aparece en toda relación social, laboral o cultural e incluso como herramienta prácticamente única de aprendizaje. Y la moda no ha sido ajena a esto.  

Son una generación que se distingue por memes raros y comunicación basada en mensajes de WhatsApp, en palabras en inglés, idioma que muchos de ellos ni siquiera manejan. LOL (Laugh out loud).

Han crecido en un mundo de crisis económica, social y calentamiento global… y el infaltable covid. 

Sin embargo, el mundo parece adaptarse a todas sus fobias y manías. 

Una generación que nació en la red, sobreexpuestos a todo tipo de información, afectados por los medios de comunicación, farándula, gobiernos e ideologías…

Si bien lo que nos define es donde nacemos, la clase social, la cultura o la religión, esta generación recibe flujos de información homogénea sin tener en cuenta estos datos.  Con lo cual la lectura es bastante incompleta respecto a la realidad. 

Estos jóvenes de cristal, adictos a la cancelación, cuyos mayores desafíos pasan por TikTok, con habilidades sociales a las que no estamos acostumbrados, esperanzados en utopías desconocidas y de una ciclotimia de pose. En un tiempo no muy lejano son quienes van a cuidar de nosotros, ¡plop!

No podemos culpar a una generación que fue introducida a una hiperrealidad desde su nacimiento cuya vida real es otra frente a la de la red donde todo se ve mas brillante, colorido y nuevo. Que además ofrece posibilidades que el mundo real no, ¡o sí!

La realidad es difusa y es sustituida por realidades alternativas que son mas atractivas que las propias.

Sin embargo, no todo es tan malo como parece ser. Poseen una honestidad brutal cuando entran en red. Les es muy natural expresar sus problemas y no les genera ningún conflicto la idea de exponerse al mundo. 

Son más conscientes y cuidadosos en sus decisiones de vida, ya que tienen más recursos y acceso a la información.  Son más tolerantes y prudentes. 

En una modernidad que se diluye en cambios constantes e inciertos, se acelera la ansiedad por definir quiénes son. Son conscientes de la necesidad de entender su mundo interior y sus problemas con la necesidad de redefinirse constantemente. 

No son más débiles que las generaciones anteriores, sino que están en otro escenario.

Los jugadores cambian, pero el juego sigue siendo el mismo. 

No todo está perdido…

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