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Las dos caras del colecho

Algunos especialistas y padres consideran que beneficia el desarrollo de los niños, mientras que otros lo ven como un riesgo
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04 de abril de 2017 a las 05:00

El colecho, que es la práctica de dormir en la misma cama con el bebé, es debatido por especialistas y padres, ya que algunos consideran que trae muchas ventajas para el desarrollo del niño en sus primeros meses de vida y otros creen todo lo contrario. Hay quienes incluso alertan sobre el riesgo de vida que puede suponer que el recién nacido duerma en la cama con sus padres.

Bajo dicho concepto, la doctora Cristina Scavone, perteneciente al programa Muerte Inesperada del Lactante de la Sociedad Uruguaya de Pediatría (SUP), afirmó que "el colecho no está bien en el primer semestre de vida de un niño, ni para amamantar ni para dormir, y es riesgoso".

Scavone sostuvo que esta no es la forma de mejorar el vínculo con los padres, sino que hay que dedicarle tiempo necesario y aportarle afecto. Es importante transmitirle "tranquilidad, cuidados y amor". Asimismo, dijo que los niños deben aprender desde temprana edad a dormir solos y no en la cama de los padres.

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A su vez, la psiquiatra de niños y adolescentes Natalia Trenchi coincidió en que no fortalece los vínculos, ya que "las familias aglutinadas" no son sanas. "En las familias sanas hay cohesión, donde uno se siente muy ligado, pero cada cual tiene su individualidad".

Otro problema relacionado al colecho, según la doctora Scavone, es amamantar en la cama. Muchas veces las mamás están cansadas, se los ponen en el pecho y se acuestan, sin darse cuenta de que un bebé chiquito corre riesgo de ser asfixiado."Hay que hacerlo sentada y ocupándose de amamantarlo. Allí se establece el primer vínculo".

Al igual que Scavone, Trenchi opinó que el colecho puede tener riesgo de vida, pero solo en casos extremos.

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Por otra parte, dijo que hay distintas causas que llevan a esta práctica. Hay muchas familias que no tienen otra alternativa para que el niño duerma abrigado y en una cama. Sin embargo, cuando hay colecho porque los padres no pueden despegarse del hijo, es un tema a trabajar.

Asimismo, si es decisión del niño y hace un escándalo para conseguirlo se debe buscar una solución. "También hay que hablar de edades, no hay que decir en algún momento se van a ir solos. Son los padres quienes deben enseñarles", agregó.

A determinada edad es sumamente necesario que el niño entienda que "papá y mamá tienen su mundito de noche y el niño otro mundito". Según la especialista para que una familia funcione bien tiene que haber lugar para todos.

"Como excepción o divertimento no pasa nada que un día duerman con los padres, pero no como política", agregó.


"Como excepción o divertimento no pasa nada que un día duerman con los padres, pero no como política", agregó.


Otra visión

Sin embargo, la psicóloga y psicoterapeuta Mercedes Pérez Rueda de la organización Raíces Maternales explicó que si el colecho se realiza teniendo en cuenta ciertas pautas sí es seguro e incluso disminuye el riesgo de muerte súbita, porque permite regular la temperatura del bebé, favorece la lactancia y le permite una exterogestación más lenta, respetando los tiempos del bebé.

Algunas de las precauciones a tomar son tener un colchón firme, mantener una temperatura adecuada (entre los 16 y 18 grados), no ponerle acolchados muy grandes o pesados y no sobreabrigarlos. Asimismo, nunca hay que ponerlos entre los dos padres, sino del lado de la madre, con una cuna de extensión o la cama contra la pared.

Es fundamental no colechar si alguno de los padres está enfermo; si fuman, se drogan, toman alcohol o psicofármacos; si tienen un cansancio extremo o están en lugares no aptos como sofás o sillas.

Pérez Rueda sostuvo que "el colecho cumple una función de sostén y seguridad del bebé y niños, además de permitirles a los bebés regular mejor la temperatura y los ritmos del sueño". Estar en contacto a través del cuerpo o de la vista, colabora a generar seguridad y que los despertares se hacen más cortos y con menos angustia.

"Además el bebé estuvo 9 meses gestándose, la transición es lenta, progresiva, el bebé necesita tiempo para comprender que su cuerpo es uno distinto de aquel que lo gestó, necesita seguir siendo acunado y tener sus necesidades afectivas y nutricionales cubiertas a demanda".

"El colecho cumple una función de sostén y seguridad del bebé y niños"

Ella asegura que lo practicó con sus hijos que actualmente tienen 2 y 4 años. El más chico aún sigue durmiendo en la cama, mientras que el grande a veces se pasa de cama. "De todas formas, el grande tiene claro cuál es su cama, su espacio, su dormitorio".

Por su parte, Trenchi sumó una desventaja más de esta práctica y es que la pareja no puede tener intimidad espontánea con el hijo en la cama. En contraposición, Pérez Rueda afirmó que la intimidad no solo se remite a la sexualidad. "Una pareja se constituye y construye por múltiples situaciones, espacios, encuentros. Y la intimidad no tiene por qué darse solo en la habitación, puede ser en otros lugares de la casa".

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