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Lo que no se vio por TV en el Campeón del Siglo: Ocampo en el banco, el nieto de Borrás con los árbitros y un estadio en amarillo y negro
El clásico Peñarol-Nacional de la cuarta fecha del Torneo Apertura en el Campeón del Siglo estuvo marcado por situaciones que no mostraron las cámaras de televisión y que formaron parte de un espectáculo de fútbol emocionante, a la altura de lo que suelen ser estos partidos del fútbol uruguayo.
El estadio aurinegro se vistió de amarillo y negro, porque sus hinchas ocuparon la mayor parte del cemento y a los hinchas visitantes solo le dejaron el 5% de las tribunas.
Nacional tuvo 2.200 entradas en un estadio de 40.000 espectadores y en el que por los pulmones de seguridad, de la cabecera Guelfi de 8.380 espectadores, solo ocuparon el último anillo en un sector central en el que estuvieron custodiados por guardias privados y encerrados en una zona con tejido y cerco de seguridad para evitar que los hinchas pudieran salir de su sector.
Los hinchas llegaron al estadio tal cual estaba previsto, en ómnibus que abordaron en el aeropuerto de Carrasco viejo y los dejó en la puerta de ingreso al CDS.
A las 15.30 ingresaron los últimos hinchas de Nacional al estadio aurinegro y se cerraron las puertas, hasta el final del encuentro. Los albos fueron los primeros en ser desalojados de las tribunas. Desandaron el mismo camino, del CDS al aeropuerto viejo.
Pese a estar en inferioridad, los hinchas albos procuraron matizar con rojo, azul y blanco el negro y amarillo del cemento de la tribuna.
El nieto de Omar Borrás preparó a los árbitros
Los árbitros no tienen hinchas. Casi siempre están solos en los estadios, salvo en este clásico en el Campeón del Siglo.
Hicieron el calentamiento acompañados por un preparador físico, por Gastón Borrás, el nieto de Omar, quien fuera entrenador de la selección uruguaya en el Mundial de 1986 e hijo de Tom, profe que durante muchos años entrenó a los árbitros.
Leodán González y sus asistentes Martín Soppi y Gustavo Márquez Lisboa siguieron las indicaciones del profe.
Este procedimiento, confirmaron a Referí, ocurre en los clásicos y en finales con profes que marcan el calentamiento.
En los demás partidos los ejercicios de entrada en calor es el mismo, pautado por los profes pero sin la presencia de ellos.
Los árbitros tienen a cuatro profes, tres kinesiólogo y un médico que atienden el entrenamiento semanal.
Los hinchas no aprenden más
Los grandes fueron multados en reiteradas ocasiones por la Conmebol y por la AUF porque sus hinchas incumplen con las normas.
Sin embargo, repiten su comportamiento.
Primero los hinchas de Nacional encendieron una bengala en la tribuna. Esta situación es sancionada en las competencias de Conmebol, pero en el fútbol uruguayo solamente cuando las lanzan a la cancha.
Los de Peñarol, además de encender bengalas se colgaron al alambrado y demoraron el inicio del partido tras el gol de Ceppelini, de penal, a los 31 minutos. También volvieron a repetir la situación en el segundo tiempo y el árbitro Leodán González les llamó la atención, paró el juego y no continuó hasta que bajaran.
Ocampo se perdió el clásico, pero se sentó en el banco de suplentes
El que no pudo jugar el partido más importante del fútbol uruguayo fue Brian Ocampo, lesionado.
Sin embargo, el floridense estuvo en el Campeón del Siglo y, de particular, se sentó en el banco de suplentes mientras sus compañeros realizaban el calentamiento en el campo.
La fiesta de los sub 20 aurinegros
Los que celebraron este domingo fueron los integrantes del plantel aurinegro que una semana atrás conquistaron la Copa Libertadores Sub 20, en Ecuador.
Los futbolistas, que le dieron un título continental al club, saltaron y cantaron al ritmo de la tribuna, en el campo.
Todos posaron con la copa y con la hinchada como fondo de una postal para el recuerdo.
Marcelo Broli, el entrenador campeón, se llevó su propia fotografía familiar y con la hinchada de fondo.
Y los futbolistas tomaron su registro con el capitán del campeón de la Libertadores 1982, Walter "Indio" Olivera.
Y lo que no faltó en la tribuna es la pasión a todas las edades.
La seguridad por tierra y por aire, con un helicóptero que sobrevoló las inmediaciones del estadio de Peñarol.
Y las ironías de los hinchas, en la tribuna principal.
Así terminó otro clásico intenso, el tercero en el CDS.
