Los beneficios de la filosofía visual para niños

En el marco de la presentación del proyecto educativo Ludosóficos, que se enfoca en la práctica e investigación de filosofía visual con niños y se basa en Wonder Ponder, la británico-española Ellen Duthie explicó de qué tratan sus libros de filosofía infantil y qué se logra con ellos. La misma se realizó ayer en la Escuela y Liceo Elbio Fernández.

Wonder Ponder es una serie de tres libros (Mundo cruel; Yo, persona; Lo que tú quieras) que se componen de imágenes ilustradas y varias preguntas. La idea es que a partir de ellas el niño "piense, reflexione y trate de construir respuestas", al igual que lo haría un filósofo. En Uruguay podrán adquirirse a través de Ludosóficos.

Los textos pueden ser utilizados desde el salón curricular con los alumnos o desde el hogar con los hijos. Lo fundamental es que haya un mediador, un adulto, pero que no se muestre como superior, sino que lea y juegue a la par que el niño.

Lo aconsejable es que primero se le muestren las imágenes al niño sin hacerle las preguntas, para dejar un momento de reflexión y primeras conclusiones al ver la ilustración.

El objetivo no es buscar una respuesta correcta o única, sino generar varias y analizar en conjunto cuál sería la mejor y por qué fundamentos. "No se pueden contestar con información ni consultándole a un experto. Las respuestas filosóficas están ligadas al desacuerdo, y a menudo surgen más preguntas de una respuesta", sostuvo Dethie.

Si bien no se espera que haya una respuesta, es importante llegar a una reflexión final sobre lo que se habló.

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Pixabay

Otro de los beneficios que se reflejan al llevar a cabo esta práctica es que empiezan a hablar y a interactuar de una forma más tranquila. A su vez, se trabajan cuestiones sobre las escucha y normas básicas del diálogo. "Es interesante que ellos mismo establezcan sus propias normas de diálogos", agregó la experta en la presentación.

Este aprendizaje se traspasa a todo el resto de las asignaturas, ya que el hecho de centrar la atención en la calidad de las preguntas se hace notar fuera de la práctica filosófica. "Los resultados tienen que ver con una forma de relacionarse con el material que se encuentran, y es probable que se vuelvan más preguntones en otros ámbitos".

A partir de los tres textos anteriormente nombrados, Ludosóficos apunta a estimular a los niños desde la curiosidad del desarrollo y el perfeccionamiento de un pensamiento complejo, es decir, un pensamiento crítico, creativo y ético. Consideran fundamental abrir el espacio de diálogo y reforzar el proceso de reflexión, para que los pequeños puedan intercambiar inquietudes.

A su creadora, Vera Navrátil, se le despertó esta curiosidad al ver que en el salón de clases al que iba como docente de teatro no podía llevar a cabo sus propuestas curriculares por la falta de comunicación y la agresividad entre los alumnos. "A partir del libro Mundo Cruel, nos empezamos a escuchar más, el léxico se fue enriqueciendo, salir de una cosa muy acotada de sí y no", explicó la actriz.